La batalla del río Medway fue un enfrentamiento armado sucedido en Britania en el año 43 d. C. entre el ejército romano al mando del general Aulo Plaucio y las tribus britanas al mando de Cunobelino y sus hijos Carataco y Togodumno.
La batalla del río Medway
La primera vez que las legiones romanas pusieron su bota en Britania fue en tiempos de Julio César; sin embargo, sus dos campañas se tradujeron en el sometimiento de algunos reyes locales, pero no en la ocupación efectiva del territorio.
Su hijo adoptivo, el emperador Octavio Augusto planeó otras tres expediciones: la primera en el 34 a. C., la segunda en el 27 a. C. y la tercera en el 25 a. C., ninguna de las cuales se llevo a cabo finalmente.
Incluso la expedición organizada por el emperador Calígula en el año 40 d.C. tuvo resultados muy decepcionantes. Tres años después, el honor de la conquista de Britania le correspondería al emperador Claudio quien, en el año 43 d. C., lanzó una campaña cuyo objetivo era la anexión de la isla al Imperio romano.
¿Qué mejor manera de obtener la gloria eterna que conquistar la isla a la que habían renunciado el gran general y el primer emperador de Roma? En el curso de esta se produjeron espectaculares escenas, como la gran batalla de Medway,
Aulo Plaucio, un importante senador, fue puesto al mando de cuatro fuertes legiones (la II Augusta, la IX Hispana, la XIV Gemina, y la XX Valeria Victrix) que sumaban un total de 20.000 soldados sin contar a los auxiliares, con los que sumarían aproximadamente 40.000 a 45 000. La II Augusta es famosa por haber sido comandada por el futuro emperador Vespasiano.
El punto de desembarco fue en Rutupiae (Richborough, en la costa este de Kent), la resistencia de los britanos estuvo dirigida por los líderes Togodumno y Carataco, hijos del rey de los Cunobelino.
Una importante fuerza británica de unos 100.000 hombres esperaba a los invasores romanos en la orilla opuesta del río Medway (Rochester). La batalla se prolongó durante dos días. Aulo ordenó a las tropas galas de su flanco derecho cruzar el río y atacar por sorpresa el flanco enemigo, lo que hicieron con gran éxito. Luego ordenó a la legión IX Hispana de su flanco izquierdo hacer lo mismo, provocando graves bajas a su enemigo.
Mientras tenía lugar esta carnicería, otras unidades regulares, a las órdenes de Vespasiano y Hosidio Geta, cruzaron el río más arriba, donde las aguas eran más bajas, y se unieron a la batalla. La lucha fue dura y la matanza, grande.
La ilustración representa a Vespasiano personalmente guiando a sus hombres a través del Medway. Dos centuriones corpulentos están actuando como guardaespaldas del legado. Su legión está tratando de cruzar el río por medio de un vado que encontraron los exploradores ese mismo día.
Los romanos están siendo desafiados por una multitud de guerreros británicos, algunos de los cuales han decidido entrar en el río en un intento decidido de detener a los atacantes. Los cuernos de guerra resuenan, las armas repiquetean contra los escudos, los rugidos de desafío atraviesan el río; los británicos están dispuestos a luchar.
Togodumno, fue asesinado, pero su hermano Carataco sobrevivió a continuar la resistencia, retrocedió hacia el río Támesis con el ejército romano persiguiéndoles a lo largo del río y causándoles numerosas bajas. Aulo Plaucio se detuvo en el Támesis, y esperó a Claudio, que llegó con refuerzos, incluyendo artillería y elefantes, para la marcha final a la capital Camulodunum.
Claudio recibió la rendición de los britanos sin estar presente en una sola batalla.
El Candelabro. Iluminando Mentes.