El príncipe parece bastante débil; muestra signos de degeneración; tiene flemas en las mejillas, la cabeza llena de costras y el cuello supura; asusta de feo”, dijo del recién nacido el embajador francés en la Corte de Madrid.
UN EXORCISMO PARA EL REY.
Corría el año 1665 en España. En ese año nacía Carlos II, fruto de la unión entre Felipe IV con su sobrina Mariana de Austria. Debido a esta consanguinidad de sus padres, Carlos II durante toda su vida dio muestra de debilidad y de una frágil salud, no pudiendo tener descendencia, lo que provocó que muchas casas reales europeas empezaran a disputarse el trono español incluso antes del fallecimiento del monarca.
Pasaron los años, y siendo ya rey, y tras muchos achaques de su salud, la situación de Carlos II empeoraba a pasos agigantados y aunque lo sometieron a dieta, todo era inútil.
Entonces se difundió la noticia de que Carlos no podía tener descendencia porque pesaba sobre él una maldición. El confesor del rey, fray Froilán Díaz, solicitó los servicios de un exorcista de renombre: fray Antonio Álvarez Argüelles.
En una sesión de exorcismo, Argüelles le preguntó al supuesto demonio que creían que habitaba el cuerpo del monarca si el rey era víctima de algún hechizo o sortilegio. Al parecer el rey (en nombre del demonio ) contestó que estaba endemoniado, y que la culpa era de la reina madre y de algunos políticos afInes a ella, partidarios todos de una sucesión en el trono extranjera.
El exorcista determinó que, como remedio, el rey debería tomarse diariamente un cuartillo de aceite bendecido, en ayunas, lo que contribuyó a acelerar su deterioro físico. El exorcismo del rey supuso un escándalo en la corte española.
El 1 de noviembre del año 1700 a los 38 años moría sin descendencia Carlos II, el último de la casa de los Austrias, sin embargo, este suceso de su exorcismo, ha hecho que este rey haya pasado a la historia con el sobrenombre de: Carlos II “El hechizado”.
El Candelabro. Iluminando Mentes.