El Circo Máximo, creado bajo el poder del quinto rey de Roma, Lucio Tarquinio Prisco, fue un edificio para carreras de carros de la Antigua Roma. Situado en Roma, capital de Italia, se erigió en el valle entre los montes Aventino y Palatino. No confundir con el Coliseo Romano.

El Circo Maximo (Roma)
El Circo Máximo, (en latín Circus Maximus, «el circo más grande») creado bajo el poder del quinto rey de Roma, Lucio Tarquinio Prisco, fue un edificio diseñado para acoger carreras de carros en la Antigua Roma, aunque en sus instalaciones se celebraron otros tipos de espectáculos como luchas gladiatorias (ludi gladiatorii), cacerías de animales salvajes (venationes) o procesiones.
En la pista cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana elevada llamada la spina o euripus. En la spina se colocaban estatuas de diferentes dioses Romanos así como columnas conmemorativas y otros monumentos como el obelisco egipcio traído del país del Nilo en tiempos de Augusto, que hoy se conserva en el centro de la Piazza del Popolo (Obelisco Flaminio) de Roma. En cada extremo de la spina estaba colocado un poste de giro, la meta, en torno al cual los carros hacían peligrosos giros a gran velocidad.
Un extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera vuelta y ninguno tuviera ventaja sobre el otro.
Sus gradas podían acomodar a unos 300 000 espectadores, según estimaciones modernas, un aforo que jamás ha sido superado por ningún otro estadio deportivo en toda la Historia. Por dar un ejemplo, el estadio más grande de Europa es actualmente el Camp Nou en Barcelona, que tiene una capacidad de poco menos de 100.000 personas.
En la actualidad se conserva muy poco del Circo: la pista de carreras, hoy cubierta de hierba, y la spina. Algunas de las verjas de salida se conservan, pero la mayoría de los asientos han desaparecido, sin duda porque las piedras fueron empleadas para construir otros edificios en la Roma medieval.


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