Los coreanos llamaban a los piratas japoneses waegu, que fue traducido al japonés como wako, “bandidos del país de Wa“.

WAKŌ
Los wakō fueron piratas orientales que asaltaron las costas de China, Corea y Japón entre los siglos XIII y XVI. Llegaron a convertirse en una verdadera amenaza para el comercio y la seguridad de la región, y fueron necesarios tratados entre gobernantes y medidas militares para detenerlos.
El término “wakō” proviene del chino y significa literalmente “piratas enanos”. A su vez, en el chino clásico, el término “enano” era usado peyorativamente para hacer referencia a los pobladores de Japón, por eso la palabra “wakō” también era empleada con el significado de “piratas japoneses”.
Se caracterizaban por ser personas marginales que vivían en zonas políticamente inestables. Los primeros wakō aparecieron en el siglo XIII, tras las invasiones del Imperio mongol a Japón, que convulsionaron la región. Estos piratas eran originarios del archipiélago japonés y solían ser rōnin, es decir, samuráis sin amo que se volcaban al delito.
Sin embargo, los wakō no siempre fueron exclusivamente japoneses, sino que provenían de distintas regiones de Oriente. Para el siglo XVI, la mayoría de los wakō eran chinos, mientras que tan solo un tercio de ellos provenía de Japón.
Los wakō constituían un peligro latente para los pueblos de las costas y los navíos mercantes. Por eso, los gobernantes eran inmisericordes con ellos: en 1405, por ejemplo, cerca de 20 wakō fueron capturados por las autoridades japonesas y enviados a la ciudad china de Ningbo, en donde fueron hervidos vivos en una caldera.
A mediados del siglo XVI, los ataques de los wakō alcanzaron su punto máximo. Durante el reinado del emperador Jiajing, los piratas causaron daños extensivos por toda la costa, por lo que el Imperio decidió tomar cartas en el asunto. Gracias a la intervención militar del general chino Hu Zongxian, para 1567 los wakō fueron erradicados casi por completo.

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