Se sitúa en el Estuario del Lima, un río que nace en Galicia como Limia – dando nombre a una de las más conocidas comarcas de la provincia de Ourense – y va a morir al Atlántico. El río Limia fue uno de los más famosos de la Antigüedad bajo el nombre de río Lethes.


EL RÍO DEL OLVIDO.

Las legiones romanas lograron cruzar el río Lethes, para emprender la conquista de Gallaecia, hasta alcanzar Fisterra (Finisterre). Unos 150 guerreros castrexos combatieron bravamente contra el ejército romano, hasta que calleron bajo la maquinaria de guerra romana. Ocurrió en el año 138 a.C, en las pantanosas tierras que rodeaban la Lagoa de Antela, envueltas en terribles nieblas que tiempo atrás habían desorientado y enloquecido a expediciones griegas.

En el momento que ocurrieron los hechos, la mayor parte de la Península Ibérica ya estaba ocupada por los romanos, salvo el noroeste y el norte, después de que fueran sometidos los últimos reductos de resistencia, como Numancia. Se encontraba al frente de la campaña el cónsul Décimo Junio Bruto, con la misión de explorar y someter Lusitania.

En los alrededores de Braga hubo una batalla, en la que las legiones romanas derrotaron a unos 50.000 opositores , muchos de los cuales se habían desplazado hacia el sur para frenar el avance, por lo que ya no había ningún tipo de barrera orográfica que pudiera detener su marcha, salvo el río Lethes, ante el que quedaron paralizados, por temor a perder la memoria e incluso la identidad, dándoles paso a “la vida del otro mundo”, como les había pasado antes a otros.

Y tuvo que ser el propio cónsul, Décimo Junio Bruto, el que cruzara el cauce fluvial, para convencerlos, al realizar un alarde de memoria de hechos ocurridos con anterioridad y llamar a los legionarios por su nombre, después de proclamar con energía el suyo propio, para que se convencieran de que se trataba de una superstición sin fundamento.

La leyenda aseguraba que el río Lethes, hoy Limia, hacía perder la memoria a quien lo cruzaba. Décimo Junio Bruto, en el año 137 a. C., lo desmintió. Arrebató el estandarte de la expedición romana a lo que se convertiría en Gallaecia al soldado que lo portaba, atravesó el cauce y desde la otra orilla llamó por el nombre a sus soldados. Los habitantes de Xinzo de Limia conmemoran el hecho en la Festa do Esquecemento (en la foto), que se celebró este fin de semana.

“Una leyenda no puede detener al pueblo de las águilas imperiales” y “Roma no puede avergonzarse de nosotros”, fueron dos de las frases con las que Décimo Junio Bruto persuadió a las tropas para que cruzaran el río del Olvido. Antes de la batalla los arengó con un monólogo, en el que destaca la frase: “Roma no paga a cobardes”. Y al concluir la contienda clamó: “¡Oh dios Marte, a vos agradezco esta victoria!”.



El Candelabro. Iluminando Mentes.