Giacomo Girolamo Casanova fue un aventurero, libertino, historiador, escritor, diplomático, jurista, violonchelista, filósofo, matemático, bibliotecario y agente secreto italiano, hermano de los pintores Giovanni Battista Casanova y Francesco Casanova

La Venecia secreta de Giacomo Casanova, el mayor amante de todos los tiempos.
En el Palazzo Pesaro Papafava de la ciudad de los canales, allí donde el gran libertino vivió gran parte de su vida, se inauguró el primer museo dedicado a su figura. Se trata de un recorrido multisensorial —en gran parte virtual— que sumerge al visitante en el lujo, la extravagancia, la opulencia y la voluptuosidad del Settecento.
En la historia de la humanidad, ningún hombre consiguió trascender a la posteridad sin haber sido gobernante, militar victorioso, artista, filósofo o aventurero. Hay uno, sin embargo, que sobrevivió al olvido gracias a su talento como amante o, simplemente, por su reputación de libertino: Giacomo Girolamo Casanova.
Es una injusticia presentarlo de esa manera porque, además de ser un amante legendario, Casanova tenía otros talentos. Como todos los hombres del post Renacimiento, era un hombre de cultura y de insaciable curiosidad, que fue alternativamente seminarista, abad, aventurero, soldado, espadachín —en el sentido noble del término— abogado, matemático, violinista, filósofo, escritor, mecenas, tahúr y curandero, pero también practicó con entusiasmo la alquimia, el esoterismo, la cábala, la masonería, la diplomacia y el espionaje.
Sin embargo, el mayor mérito de ese personaje es haber forjado —a través de sus memorias y los relatos de sus aventuras amorosas— una leyenda que perdura desde hace casi tres siglos.
El único indicio que recordaba la memoria de Casanova en su ciudad natal era una modesta placa conmemorativa instalada en la calle Malipiero que decía: “In una casa di questa calle/ già calle della Commedia/ nacque il 2 aprile 1725/ Giacomo Casanova” (En esta calle / antiguamente llamada de la Comedia / el 2 de abril de 1725 nació Giacomo Casanova).
En esa minúscula callejuela, casi un corredor situado a escasa distancia de la Plaza San Marco, en el corazón de Venecia, fue donde Casanova nació el 2 de abril de 1725 y creció hasta la edad de ocho años. Pero no existe ningún dato preciso sobre dónde se hallaba la casa familiar. Al margen del indicio que aporta la placa, en el resto de Venecia no existe ningún otro vestigio que testimonie el paso de Casanova.
“Casanova no podría haber existido en otro lugar ni en otra época: es el producto lógico y natural de la Venecia del Settencento”.

El Candelabro. Iluminando Mentes.