Si mencionamos el nombre de Simonetta Vespucci, seguramente no nos resultará familiar. Pero no nos equivoquemos, la conocemos muy bien. Reconocemos su rostro y probablemente hayamos pensado que se trata de una de las mujeres más bellas de la historia. Una mujer que se ha convertido en inmortal gracias a Sandro Botticelli y que enloqueció de amor al artista y a toda la Florencia del Renacimiento.


La historia de amor entre Simonetta y Sandro


La cara angelical de Simonetta, una de las mujeres más bellas de la historia de la pintura.

Vemos su rostro en “La Alegoría de la Primavera” y es la propia Venus en “Venus y Marte” y en el “Nacimiento de Venus” de Botticelli. Él y otros artistas de la época la retrataron una y otra vez. Representa el ideal de belleza femenino del Renacimiento.
Esta es la historia de Simonetta, la joven de los cuadros.


Simonetta Cattaneo


Considerada una de las mujeres más bellas del Renacimiento, murió de tisis a los 23 años dejando desolados a toda una corte de admiradores y artistas. Se cree que había nacido en Génova en 1453 y murió en 1476.
A los 16 años se casó con Marco Vespucci, familiar de Américo Vespucio.

Florencia, donde ella fue descubierta como modelo por Botticelli, que era amigo, vecino y protegido de la familia de su esposo Marco. Piero di Cósimo y Doménico y David Ghirlandaio también la solicitaron para sus obras. Posó para estos artistas en numerosas ocasiones e incluso tras su fallecimiento siguieron pintándola de memoria.

Botticelli se enamoró de ella desde la primera vez que la vio, pero no fue el único. Lorenzo y Juliano Médici también cayeron rendidos ante su belleza. En un torneo entre caballeros para celebrar una victoria, Juliano Médici la declaró “dama de su corazón” en la justa, y Botticelli pintó en el estandarte que portaba el escudero de Juliano una imagen de Simonetta vestida de Minerva. El lema del pendón era: “La Sans Pareille” que quiere decir “La Sin Igual”. En este mismo torneo fue nombrada “Reina de la Belleza”.


Un año después del torneo, Simonetta murió a sus 23 años.


Sandro Botticelli quedó absolutamente desolado. Por los datos que se tienen, su amor por ella siempre fue platónico, pero de una intensidad tan profunda que no existen comentarios sobre otros amores apasionados del artista. La fidelidad a su memoria fue tal, que la mayoría de mujeres de sus obras tienen los rasgos de Simonetta. En el cuadro “Venus y Marte”, donde los protagonistas tienen las caras de Simonetta y de Botticelli y el “Nacimiento de Venus” fue pintado por el artista años después del fallecimiento de la modelo.

Botticelli, cuando iba a morir hizo una petición: quería ser enterrado a los pies de su amada Simonetta.
Su deseo fue concebido y en la iglesia franciscana de Todos los Santos, se encuentra el sepulcro de la bella muchacha, y a sus pies un disco blanco que indica dónde reposan los restos del pintor, el verdadero nombre del cual era “Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi”.



El Candelabro. Iluminando Mentes.