La guerra del Peloponeso fue un conflicto militar de la Antigua Grecia que enfrentó a las ciudades formadas por la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso. Tradicionalmente, los historiadores han dividido la guerra en tres fases.

GUERRA DEL PELOPONESO
La guerra del Peloponeso fue un conflicto armado que enfrentó a las alianzas encabezadas por las dos principales polis de la Antigua Grecia: Atenas y Esparta. Es considerada una de las guerras más importantes de la historia porque involucró a prácticamente todas las ciudades-Estado griegas y cambió por completo el panorama político y económico de la Antigüedad.
Tras las guerras médicas que enfrentaron a las polis griegas contra el Imperio persa, Atenas y Esparta acordaron una paz de treinta años para recuperarse del conflicto. Durante este tiempo, Atenas atravesó un proceso de franco crecimiento que la llevó a convertirse en la cabeza de un verdadero imperio. Por otra parte, Esparta y sus aliados observaban con recelo la expansión ateniense, ya que amenazaba sus propios intereses.
La guerra del Peloponeso estalló en 431 a. C., luego de que los atenienses enviaran tropas para ayudar a la colonia de Corcira en detrimento de Corinto, una polis aliada a Esparta. Los espartanos interpretaron esta ayuda a los enemigos de sus aliados como una agresión y se levantaron en armas contra Atenas.
Tanto Atenas como Esparta fueron apoyadas por ciudades aliadas, confederadas en organizaciones denominadas Ligas. Atenas era respaldada por la Liga de Delos, una alianza conformada por polis de las costas de Asia Menor, las islas del mar Egeo y la región del Ática. Esparta, por su parte, fue apoyada por la Liga del Peloponeso, integrada por Estados del sur de Grecia.
La Liga de Delos, con Atenas a la cabeza, poseía una gran flota naval. La Liga del Peloponeso, en cambio, contaba con un poderoso ejército. La guerra tuvo una duración de 27 años y se desarrolló principalmente en territorios de Grecia, Asia Menor y la isla de Sicilia.
Finalmente, en 404 a.C., Esparta venció a su rival y se convirtió en la mayor potencia griega. Atenas, en cambio, acabó devastada y nunca pudo recuperarse por completo de la guerra.

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