Yukio Mishima (1925-1970) cuyo nombre de nacimiento era Kimitake Hiraoka, fue un novelista, ensayista, poeta y crítico japonés. Considerado uno de los más grandes escritores de Japón del siglo XX fue reconocido como uno de los más importantes estilistas del lenguaje japonés de posguerra.

MORIR
Morir
En el viento
Del suicida.
Morir combatiendo
La única muerte
De un guerrero.
Morir
Por el filo del sable
De muerte ritual.
Morir
Sabiendo que morir
No es más que mejorar
El instante último.
Morir de olvido
Como morimos todos
Finalmente, a los pies
De un tiempo criminal.
Morir de rosas
De crisantemos
De flores de ciruelo
Atravesadas por un grito.
Morir del otro lado
Del mundo
Donde haya un guerrero
Bajo el sol.
Morir imperial
Sin pedir perdón
Enfrentando al enemigo
Y siendo muerto por él.
Morir
Caudillo del cielo
Solitario jefe
De un idioma.
Morir
Con el sol en la frente
Como mueren los nuestros.
Morir
De rodillas al sable
Al símbolo divino
De los tiempos.
Morir
De caballos desbocados
De ideogramas en la frente
De seppuku, al amanecer.
Morir
Del otro lado
De las cosas.
Morir con honor
Por el acero entrañable
Decapitado por el camarada
Más querido.
Morir de mar
De isla
De corceles antiguos
De estampido.
Morir
De sangre nueva
Junto al escudo medieval
De los guerreros.
Morir
Y olvidarse de un mundo
Sin honor.
Morir incomunicado
Aislado por el ruido
Que el enemigo trajo
Para ayudarnos
A morir.
Morir con honor
Como un samurai
Como un poeta
Muerte de Yukio Mishima
En 1968 fundó con un grupo de amigos la Sociedad de los Escudos, una organización paramilitar de jóvenes que, desencantados con la debilidad de las instituciones imperiales y la obsecuencia constitucional del ejército, propiciaban un resurgimiento del Bushido, el tradicional código de honor samurai. Dos años más tarde, ocupó con su grupo, aunque sin uso de armas, la sede del estado mayor nipón en un intento de forzar la recuperación de los ideales heroicos de preguerra. El 25 de noviembre de 1970, ante el fracaso de su acción, se suicidó mediante el rito del seppuku al grito de “Larga vida al emperador”.

El Candelabro. Iluminando Mentes.