Jules Gabriel Verne, conocido en los países hispanohablantes como Julio Verne, fue un escritor, poeta y dramaturgo francés célebre por sus novelas de aventuras y por su profunda influencia en el género literario de la ciencia ficción.
Al mirar con atención la tumba salta a la vista la evidente figura de un hombre que emerge de las entrañas de la tierra, rompiendo su lápida y alzando sus manos hacia el cielo. Evidentemente es la representación de un Verne que ha vencido la muerte y asciende lleno de jovialidad y energía.

LA TUMBA de JULIO VERNE…
La tumba de Julio Verne se halla en el cementerio «La Madeleine» en Amiens, Francia, una ciudad ubicada al noreste de París. En ella se aprecia el monumento del escultor Albert-Dominique Roze (1861-1952), amigo de Julio Verne, quien la había esculpido a petición del propio escritor que ya presagiaba su muerte.
En ella se observa a Verne emergiendo de su tumba y levantando su brazo derecho con la mirada al cielo. La escultura fue bautizada con el título «Hacia la inmortalidad y la eterna juventud», aunque es necesario aclarar que esta célebre sentencia no aparece en ninguna parte de la tumba.
Gracias a la colaboración de Roze, «Hacia la inmortalidad y la eterna juventud» recibió el bautismo público en la Exposición de Artistas Franceses, dos años después de la muerte del escritor. De esta forma, la sentencia formó parte de la historia.
Pero, cuando en ese año de 1907 se procedió a la inauguración del actual monumento funerario, Roze, al parecer, se olvidó de colocar «casualmente» el famoso epitafio. Cinco años después, el 20 de enero de 1910, muere Honorine, la esposa del escritor, quien será sepultada en la misma tumba junto a su célebre marido.
Después de muchos años de abandono y maltratada seriamente por la intemperie, el municipio de Amiens decidió restaurar la tumba del novelista.
Tras un acuerdo firmado por el ayuntamiento de la ciudad con los descendientes de Verne en setiembre de 2012, los trabajos para recuperar el monumento histórico, comenzaron el 30 de setiembre de 2013.
Los encargados del proyecto, cuyo costo estimado ha sido valorado en 18.500 €, fueron los restauradores de esculturas, Sabine Cherki y Christine Bazireau.
Luego de varias semanas de intenso trabajo, la tumba restaurada fue por fin inaugurada el 19 de febrero de 2014 en presencia de numerosas personalidades, entre ellos Jean-Jules Verne, tataranieto del escritor.
Es curioso que está lápida del gran escritor se encuentre rodeada de tanto misterio después de tantos años. Todo esto, más los secretos que envolvieron la vida de Verne, como por ejemplo su pertenencia a sociedades esotéricas como “la sociedad de la niebla” y aquella información privilegiada que plasmó en sus historias, le dan un tinte enigmático a la tumba y a su aparente muerte.
La mayoría de los personajes de las novelas de Verne siempre fueron jóvenes rebosantes de vida. No es un secreto que el propio escritor anhelara y plasmara su deseo de juventud en sus historias.
También hay que tener en cuenta las sospechas sobre su muerte, pues estas mencionan que Verne planeó todo su funeral sabiendo que no lo utilizaría, ya que se creía que de alguna forma había logrado obtener la fuente de la vida eterna. Es curioso que en sus últimos momentos Verne pidiera que se le realizaran una serie de fotografías en su lecho de muerte para dejar constancia de su mortalidad.
Sea como fuere, basta con mirar su tumba en Amiens para conmovernos con aquella escena de un ser que expresa su anhelo de vitalidad al emerger de su tumba hecha pedazos, mientras se eleva a los cielos envuelto de esa juventud eterna que tanto idolatraba el autor de esos mundos fantásticos que nos dejó como legado.

El Candelabro. Iluminando Mentes