Florentino y El Diablo es un emblemático poema del escritor y político venezolano Alberto Arvelo Torrealba. La obra es considerada como folclor del pueblo venezolano y ha sido adaptada al cine, teatro, música y televisión.

FLORENTINO Y EL DIABLO
Cuenta la leyenda venezolana que Florentino, era un Hombre valiente de los que no tenía miedo y se sentía valeroso al enfrentar al peligro. Era gran conocedor de atajos y precipicios difíciles de andar del llano; también buen jinete, domador y por supuesto, Coleador de amplio llano.
Cierta vez, en una de esas fiestas llaneras, Florentino se presentó a una de las fiestas del pueblo donde se bailaba un joropo, sin embargo, él notó que un extraño vestido de negro lo seguía hacia la fiesta.
Florentino empezó a cantar un joropo, hasta que de pronto, el extraño lo desafió a un contrapunteo. Florentino aceptó y a medida que se cruzaban las coplas, se dio cuenta de que su adversario era el Diablo y que, si perdía en el contrapunteo, perdería su alma.
Pero su habilidad como improvisador y su fe mantuvieron al Diablo ocupado cantando toda la noche sin que Florentino se rindiera ni equivocara una rima. Al salir el sol, el Diablo tuvo que desaparecer completamente derrotado.
La confrontación entre Florentino, el más famoso de los cantadores llaneros, y el Diablo, se desarrolla en varias escenas. La primera de ellas corresponde al Reto; en ella, en algún paraje desolado del verano llanero, El Diablo se cruza con Florentino, caballeros ambos, y lo desafía a un contrapunteo en lugar y oportunidad allí señalados.
La segunda nos representa a Florentino en el sitio convenido, cantando y a la espera del retador, quien no tarda en presentarse. De esta manera se inicia de inmediato el contrapunteo tramado con bandola o arpa, cuatro y maracas, al final del cual, El Diablo es derrotado. Algunos dicen que por la salida del sol; otros, por el conjuro de los santos, pero el hecho es que desaparece. La leyenda que recorre los llanos sugiere que, luego del encuentro, Florentino nunca más volvió a cantar.
Se decía que Florentino usó una pequeña guitarra para tocar el joropo durante el contrapunteo, mientras que el Diablo lo acompañaba tocando las maracas en pleno duelo. Algunos dicen que el Diablo parecía un “indio” vestido completamente de negro con un sobrero negro de pelo de guama y con un puñal en la cintura de jeme.
Sobre la derrota del Diablo, algunos dicen que este perdió no por el sol, sino por el conjuro de los Santos. Otros dicen que, tras el encuentro, Florentino jamás volvió a cantar.

El Candelabro. Iluminando Mentes