Los hechos históricos que conocemos con certeza son más bien escasos: en algún momento entre 1680 y 1685 el “Rey Sol” Luis XIV,  mandó a encarcelar a un hombre cuya identidad no podía ser revelada bajo ningún motivo, para asegurarse de que nadie reconociera al prisionero, éste era obligado a usar en todo momento una máscara que cubría completamente su rostro, la cual estaba hecha de hierro.



Un prisionero con una identidad oculta residía en lo profundo de la Bastilla.


Muchos escritores e historiadores han relatado la misteriosa vida del hombre de la máscara de hierro. Un enigmático personaje francés de los siglos XVII-XVIII, que fue encarcelado por razones desconocidas en la prisión de la Bastilla.

François-Marie Arouet conocido como Voltaire daba fe de la existencia de este personaje, pues al estar en la Bastilla en calidad de reo, obtuvo diferentes narraciones de los presos más antiguos acerca del misterioso personaje.

Voltaire desarrolló su propia teoría, según la cual aquel desdichado era el hermano gemelo de Luis XIV.

“Durante el viaje, el prisionero llevaba una máscara cuya mentonera tenía resortes de acero que le permitían comer con la máscara puesta. Se le alojó espléndidamente y no se le negaba nada. Tenía gusto por la ropa de una fineza extraordinaria y los encajes”. Escribió Voltaire, cuando se envió con máximo secreto a un preso desconocido al castillo de la isla de San Margarita.

Según el filósofo francés, el joven de aspecto bastante atractivo había sido encerrado para evitar que disputase el trono con su hermano el rey Luis XIV, muriendo a la edad de 60 años.

En la última novela sobre las aventuras de los tres mosqueteros y d’Artagnan, Dumas usa la popular teoría de que se trataba de un Hermano gemelo de Luis XIV, un supuesto príncipe Philippe, que habría nacido unos minutos antes y sería por ello el legítimo heredero y una amenaza para Luis.

Pronto la leyenda del hombre de la Máscara de Hierro empezó a circular en París, Francia. Desencadenando un sinfín de hipótesis acerca de la verdadera identidad del preso. Sin embargo la más difundida y popular entre el público europeo fue la planteada por Voltaire.

Otra de las hipótesis consiste en que el prisionero no era otro que un criado moro de la corte de nombre Nabo. Según esta versión, el criado había embarazado a la esposa de Luis XIV, María Teresa de Austria.

Según una historia muy difundida, la reina dio a luz a una niña negra, tras lo cual, al describirse la traición, la niña fue separada de la madre para siempre. En cuanto al criado negro, desapareció de la corte y nadie supo qué sucedió con él, por lo cual se convirtió en una de las soluciones tentativas del misterio.



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