Pierre-Auguste Renoir fue un pintor francés impresionista, que en la segunda parte de su carrera se interesó por la pintura de cuerpos femeninos en paisajes, inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas.


PIERRE AUGUSTE RENOIR


Pierre Auguste Renoir ( Francia, 1841-1919). Junto con otros artistas del Impresionismo, encuentra en la pintura una forma distinta de interpretar los acontecimientos que ocurrían en esos años.

Tanto es así que a través de la iluminación y los colores desarrolla una realidad paralela, llena del encanto y la viveza, que él mismo carece, debido a sus dificultades personales.

Un elemento pictórico presente durante toda su carrera, es el difuminado característico que aplica a desnudos y figuras femeninas, esta forma de pintar definió su estilo.

A mediados del 1880, Renoir comienza a sufrir de artritis en las manos, esto hace que su trabajo tome otro sentido, y las pinturas se comienzan a empapar de un realismo nunca visto.

Renoir comprende al fin que la realidad sin alterarse es también bella, que las imperfecciones hacen contraste con las perfecciones, y es en esa diferencia donde se encuentra la belleza.

Nace en el pintor el deseo de vivir su realidad. Avanzado en años siguió pintando incluso teniendo que atarse el pincel a la muñeca por los dolores de la enfermedad. Este amor se puede percibir en la delicadeza de las figuras y la alegría que se manifiesta en todos sus trabajos.


Obras Varias:



Renoir es el pintor de la vida, de su tiempo, representando imágenes llenas de vitalidad como esta escena de baile protagonizada por Suzanne Valadon y Paul Lothe. Una vez más se centra en representar las figuras al aire libre, creando bellos efectos de sombra malva en el vestido de la dama. El efecto de movimiento e inmediatez se crea a la perfección, no sólo en las figuras de primer plano sino en las que se reúnen al fondo alrededor de una mesa. Referencias a árboles morados indican que estamos en una zona sombreada en la que penetran ligeros rayos de sol.



A finales de 1891 o principios de 1892, Renoir fue invitado por el gobierno francés a pintar un cuadro para el nuevo Musée du Luxembourg en París, dedicado a las obras de artistas vivos. Renoir escogió el tema de dos jovencitas tocando el piano y, consciente del intenso escrutinio al que sería sometida su obra, desarrolló y refinó la composición con extraordinario celo en una serie de cinco lienzos.



El almuerzo de los remeros, que se conserva en la Colección Phillips, en Washington D. C. El cuadro muestra un grupo de amigos de Renoir descansando en una terraza del restaurante Maison Fournaise sobre el río Sena en Chatou, Francia.



Renoir hace un tratamiento distinto en cada rostro, a la más pequeña que está más próxima al primer plano la trabaja con un método impresionista con los rasgos faciales sugeridos más que definidos, y a la joven que está más alejada, tiene un tratamiento en el rostro más detallado como si estuviera en primer plano.



El cuadro representa una escena de ciudad en el momento que empieza a llover con múltiples personajes, casi todos con paraguas, menos la mujer que aparece en primer plano y dos niñas pequeñas en la parte derecha del cuadro. La composición juega con formas circulares y semicirculares (cesto, paraguas o aro) y predomina el color azulado. El tratamiento geométrico de los paraguas podría estar influido por la obra de Cézanne, aunque la forma de representación humana es muy propia de Renoir, marcada por la suavidad, calidez y la idea de felicidad de los personajes que contrasta con el ambiente grisáceo del día de lluvia. 


El Candelabro. Iluminando Mentes


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