La noción de malón, que procede de la lengua mapuche, se usa para aludir a un ataque repentino de indígenas. Estos grupos podían embestir contra las estancias y las poblaciones de los europeos y los criollos o incluso contra otras comunidades indígenas.

MALONES
Los malones fueron incursiones ofensivas llevadas a cabo entre los siglos XVII y XX por jinetes de algunos pueblos originarios americanos. Esta táctica militar consistía en ataques rápidos e inesperados que tenían el objetivo de sorprender desprevenido al enemigo.
Aunque los malones se desarrollaron en extensas áreas del Virreinato del Río de la Plata, el Virreinato del Perú y la Capitanía General de Chile, tuvieron una especial importancia en la región de la Pampa húmeda, en los actuales Uruguay y Argentina.
Mapuches, charrúas, pampas, araucanos y otros grupos de nativos perfeccionaron esta estrategia luego de dominar al caballo, que fue introducido en el territorio americano por los conquistadores europeos.
Antes de realizar el malón, miembros de estos pueblos nativos pasaban días observando los asentamientos a atacar, para evaluar las rutas de acceso y contabilizar al ganado y las personas del lugar.
Con esta información, los nativos planificaban la estrategia a seguir y preparaban las armas, que consistían principalmente en facones (cuchillos grandes y puntiagudos), lanzas y boleadoras.
Concluidos los preparativos, los atacantes montaban sus caballos y arremetían contra los asentamientos enemigos de forma súbita para no dar tiempo a la preparación de la defensa. Además, se aproximaban gritando para infundir temor en sus enemigos.
Los malones eran inclementes. Incendiaban casas y tomaban todo lo que encontraban a su paso: provisiones, vestimenta, prisioneros y fundamentalmente ganado. La retirada era veloz, pero el regreso no era fácil porque debían arrear animales y transportar cautivos y mercancías.
Uno de los malones más grandes de la historia tuvo lugar en 1872, cuando el cacique mapuche Calfucurá y 6.000 de sus hombres arrasaron varios pueblos de la actual Argentina, capturaron 200.000 cabezas de ganado y dieron muerte a cientos de criollos.
Finalmente, los malones terminaron a principios del siglo XX, cuando los nuevos Estados nacionales de la región expandieron sus territorios hacia las tierras habitadas por estos pueblos originarios.

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