El mito del diluvio universal, difundido con posterioridad a través del Antiguo Testamento (Génesis, 6-8), es en realidad un antiguo mito sumerio, conocido en su versión más antigua por una tablilla hallada en Nippur. En ella, los dioses castigan a los «cabezas negras» enviando una catástrofe natural, de la que se salva un hombre, Ziusudra, constructor de una embarcación en la que se refugiarán las diferentes especies animales.



EL RELATO DE ZIUSUDRA Y EL DILUVIO UNIVERSAL


Si bien es cierto, en toda Sumeria y Mesopotamia se ha encontrado no solo una versión del diluvio universal, la versión de Ziusudra es la versión más antigua, por tanto, se le considera la versión original, y la fuente para futuros relatos. El problema es que el relato que se encontró en una tablilla de barro en la antigua ciudad de Nippur le faltan numerosas líneas y fragmentos y, probablemente por eso, se han difundido más otras versiones que no son puramente sumerias, sino babilónicas.

En la tablilla sumeria de Ziusudra faltan precisamente casi cuarenta líneas en las que se supone se indica el motivo que llevó a los dioses a castigar a la humanidad con aquel tremendo castigo. Solamente se sabe según la misma tablilla, que esta decisión disgustó a muchos de los dioses que trataron de impedir la catástrofe, pero que, lo más que consiguieron, fue advertir a Ziusudra, un rey piadoso sumerio que siempre atendía las revelaciones que los dioses le comunicaban mediante los sueños.

De esta manera, un día Ziusudra, sentado frente a un muro, oyó claramente una voz que reverberaba contra la pared: un diluvio va a inundar los centros del culto, para destruir al género humano, tal es el decreto de la asamblea de los dioses, por orden de An y de Enlil su realeza y su reino serán exterminados. Por lo que este rey debía prepararse antes de la llegada de este terrible acontecimiento.

Faltan las líneas que contienen las instrucciones del dios para la construcción del barco o arca que debía salvar a Ziusudra. También, la misma tablilla habla de las aguas que sumergieron la tierra debido a la tormenta que se desencadenó sin interrupción durante siete días y siete noches. Al final, Ziusudra abrió una ventana y vio penetrar un rayo de sol. Ofreció un sacrificio al dios del sol, Utu, y se rindió ante los grandes dioses, los cuales, le concedieron la vida eterna, llevándole al país de Dilmún que era el paraíso terrenal sumerio.

Durante mucho tiempo se ha venido discutiendo si la historia del diluvio universal narra un hecho real, una interpretación subjetiva o se trata, simplemente, de una leyenda. Se sabe que, hacia el año 6000 a. C., un enorme tsunami mediterráneo provocó la inundación de Mesopotamia debido a una erupción del volcán Etna. Este hecho comprobado por la comunidad científica, se sabe causó grandes inundaciones en la zona, las que pudieron haber inspirado tal historia, y posteriormente la versión de Noé.

Lo que algunos autores advierten, es que en realidad si existieron estas grandes inundaciones en esa zona que atraviesan los ríos Éufrates y Tigris, lo que para estas civilizaciones interpretaban como toda la civilización, desconociendo obviamente la existencia de otros lugares y poblaciones. Hay que tener en cuenta que en la antigüedad los fenómenos naturales estaban muy relacionados con los castigos divinos. Otras versiones sustentan la existencia de esta historia como una manera de relacionar a los reyes con los dioses, para ejercer un poder emanado de los dioses, y someter a la población mediante un poder divino.



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