Retrato de una dama es una pequeña pintura al óleo sobre tabla de roble realizada hacia 1460 por el pintor flamenco Rogier van der Weyden. La composición está integrada por formas geométricas que modelan las líneas del velo, el cuello, el rostro y los brazos y por una iluminación que modela su faz y su peinado.

SIETE CURIOSIDADES DE “RETRATO DE UNA DAMA”, DE ROGIER VAN DER WEYDEN
1 – Lo pintó hacia el año 1460 el artista flamenco Rogier van der Weyden y tiene un tamaño de 34 x 25,5 cm.
2 – No se conoce la identidad de la retratada, aunque algunos historiadores del arte la han relacionado con la princesa Marie de Valengin, hija ilegítima de Felipe III de Borgoña. Sin embargo, pese a la similitud de los rasgos, no hay pruebas que lo puedan asegurar.
3 – Del conjunto de la obra destaca el tocado, el vestido, las manos y, por supuesto, el rostro de la protagonista. Este, por su serenidad y gesto enigmático, ha hecho que la retratada sea comparada con la Gioconda de Leonardo.
4 – Se reflejan aquí varias de las modas estéticas de la época, como, por ejemplo, el uso de tocados puntiagudos o el hecho de llevar la frente rasurada. Esto es: siguiendo los ideales de belleza de entonces no observamos cejas ni pestañas. Además, tiene el pelo afeitado en su parte delantera y recogido hacia atrás.
5 – La obra rompe con las idealizaciones de los siglos anteriores. Por eso Rogier van der Weyden estaría, junto a autores como Jan Van Eyck o Robert Campin, entre los primeros pintores que hacen retratos de forma naturalista. Ahora bien, a diferencia de Van Eyck, Rogier nunca hizo esto de un modo radical, pues para complacer a los modelos escondía los rasgos menos agraciados
6 – Una característica de la obra de Rogier van der Weyden fue su gusto por la minuciosidad. Aquí observamos este en detalles como el de que se puedan ver los alfileres encargados de fijar la posición del velo.
7 – Por un tiempo se perdió el rastro del cuadro, pasando por distintos dueños de la nobleza hasta que Federico II de Anhalt lo vendió en 1926 a unos comerciantes de arte. Luego, lo adquirió Andrew William Mellon, quien lo donó a la Galería Nacional de Arte, en Washington D.C., donde hoy se expone de forma permanente.

Flandes, 1399–1464
El Candelabro. Iluminando Mentes