Bruno habla de «los infinitos astros en el espacio inmenso, en un universo uno e infinito, que permanece inmóvil, el cual del mismo modo que no tiene circunferencia alguna así tampoco tiene forma alguna»



17 de Febrero de 1600, en un sitio llamado “Campo d’Fiori” (el campo de las flores), en los Estados Pontificios, la humanidad va a sufrir una gran pérdida, ya que allí, precisamente allí, la Inquisición pontificia va a quemar en la hoguera a Iordanus Brunus Nolanus, que había nacido Filippo Bruno, y que nosotros conocemos como Giordano Bruno.

El Giordi, había nacido en Nola (cerquita de Nápoles), hijo de Fraulissa Savolino y Giovanni Bruno en el 1548, a los 14 el padre que era milico, lo mandó a estudiar a Nápoles y como por aquellos años no había mucho estudiatorio laico, se metió en el convento de Santo Domingo a ver si aprendía algo más.

Se ordenó sacerdote en 1572 y en 1575 ya era doctor en teología, y ahí van a empezar sus problemas. Estando en Santo Domingo, se interesó demasiado en cuestiones que la iglesia no quería que la gente se interesara como las contradicciones de la Biblia, y como si ésto fuera poco, se le ocurrió buscar lazos de unión entre la teología cristiana y el emanatismo neoplatónico.

Ah, así que te metés con la trinidad, y encima querés buscar lazos de unión con los herejes, y parece que además de todo esto anduviste leyendo libros que nosotros habíamos prohibido leer, no vaya a ser que alguno llegue a hacernos preguntas que no sabemos contestar.. dijeron los de arriba y le metieron un proceso por herejía.

Giordano se rajó a Roma, pero allí, lo persiguieron también y le inventaron un muerto (literalmente, lo acusaron de un asesinato ocurrido cuando el ni siquiera estaba cerca), así que se calzó las sandalias y se tomó el palo nuevamente.

Terminó despues de ir y venir en Ginebra, ciudad calvinista, dónde se inscribió en la Universidad y se hizo calvinista también ya que estabamos, pero le duró poco, ya que después de plantearse algunas dudas, discutió con uno de los profesores de ahí que era calvinista de antes que el y lo herejizaron también, y como la inquisición calvinista no era menos virulenta que la pontificia, era MAS virulenta y asesina, Giordano se rajó de ginebra.

Y ahí anduvo, caminando por el mundo hasta que desembarcó en la Francia de Enrique III, al que le ofreció sus servicios, enseñó en la universidad de Toulouse y además, le enseñó unos trucos mnemotécnicos al reinaldo para que éste les haga creer a todos que era un prodigio de la memoria, y hasta le escribió un libro “De las sombras de las ideas”, donde plasma sus teorías, “aprenda conmigo a acordarse de todo lo que dicen y quede como un crá en las reuniones, quede”.

En Francia no le iba mal, pero parece que los alumnos eran bastante indisciplinados y medio tarambanas, así que Giordano partió a Inglaterra junto con el embajador de Francia, en Inglaterra reinaba el terror de los católicos, Isabel I.

En Inglaterra se puso a enseñar en Oxford y compuso una parva de libros, aunque además dicen que allí también actuó como espía para el rey a ordenes del embajador de Francia.

Pero allá se le rieron bastante de sus teorías cosmológicas, Giordano pensaba que no existía un solo sol o una sola tierra, sino que, había multiples soles, múltiples tierras, y por que no, múltiples universos que andaban danzando juntos por la infinidad.

Va a volver a Francia y se va a poner a criticar a Aristóteles, pero los estudiantes de la universidad de Tolouse, Aristotélicos a muerte lo abuchearon, insultaron y lo echaron a patadas.

Se exilió en Alemania y publicó “Del Mínimo”, dónde propone un mínimo físico, (el átomo) y un mínimo matemático (el punto). También escribe “De la Mónada” (no confundir con la monada) dónde se va a meter con la conversión de la unidad en dualidad, la trinidad, la tríada, la tétrada. También va a retomar el tema del infinito y más allá, con “De lo inmenso”, “de los innumerables” y “Del Infinito”, algo que a a ser muy bienvenido por sus contemporáneos que se dedicaban a la astronomía como el mítico Tycho Brahe.

También lo van a echar de Alemania, porque ni los católicos ni los protestones se bancaban las dudas de eso que ellos decían que era así porque sí y sanseacabó, y va a volver a Italia, va a Venecia, dónde un tal Juan Mocenigo le dijo, Venite pa’mi casa, yo te financio y vos me enseñás magia.

Bruno le enseñó la “magia” que le había enseñado al Rey en Francia, es decir, mnemotécnia y ejercicios de pensamiento, pero como el Moncénigo quería aprender magia real, y como además el Bruno les hablaba de cosas como la infinidad del universo a sus invitados, se asustó bastante, y lo terminó denunciando a la iglesia católica.

Los del Santo Oficio lo encarcelaron, un 23 de mayo de 1592, el 12 de septiembre lo mandaron para Romma, y el 27 de Enero del 1593lo van a encerrar en el Palacio del Santo Oficio en el Vaticano.

El juicio se va a demorar un poco, unos ocho años, mientras tanto estuvo preso bajo los cargos de blasfemia, herejía e inmoralidad, así como por “enseñar sobre múltiples sistemas solares y por postular la infinitud del universo”, como se le ocurre señor pensar que el universo es infinito y que hay más sistemas solares que éste creado por el único Dios del universo.

Después de 8 años, Roberto Belarmino va a dirigir el proceso contra Bruno, el mismo Roberto Belarmino que 16 años después habría de dirigir el proceso por hereje, blasfemo, inmoral y por enseñar que la tierra gira alrededor del sol y que éstos giran al rededor de algo más a un tal Galileo Galilei, del que ya hablamos hace unos días.

Belarmino y el Comisario general del Santo Oficio, un dominico llamado Alberto Tragagliolo empezaron a presentar el caso a fines de 1599, mientras le ofrecían a Giordano la consabida, “retráctese que le perdonamos todo”, pero a diferencia de Galileo, Bruno dijo, antes muerto que retractado, y la iglesia dijo, “servido el señor” y el 8 de febrero del 1600 lo sentencian a la muerte en la hoguera por “herético, impertinente, pertinaz y obstinado”.

Bruno miró al tribunal y les dijo lo más campante, “Maiori forsan cum timore sententiam in me fertis quam ego accipian”, (Tembláis acaso más vosotros al anunciar ésta sentencia que yo al recibirla).

Una semana despues lo van a ajusticiar, un 17 de febrero en Campo d’Fiori, y a diferencia de lo habitual que era ejecutar al prisionero y después quemarlo, a Bruno, no contento con haberlo tenido 8 años preso lo quemaron vivo, previo haberlo desnudado y haberle prensado la lengua no sea que diga algo antes de morir.



El Candelabro. Iluminando Mentes