«“El mundo está en crisis”. Lo dicen Spengler y Marx y Nietzsche desde hace más de un siglo. Y ahora eso ha estallado […] Hemos perdido el arte de vivir. La modernidad nos ha hecho tirar por la ventana cosas esenciales. Hemos perdido el tiempo, ya no disponemos de tiempo para no hacer nada. Y con eso hemos perdido también la soledad y el silencio».



EL ARTE DE VIVIR.


Vivir es un arte que requiere oficio, sentimiento e inteligencia.

El oficio del arte de vivir se ejecuta con un instrumento. Con él hay que aprender a ejecutar el arte de vivir, pues aprender su buen manejo es la forma como nos mantendremos con vida.

El trabajo es el instrumento en el arte de vivir.

La capacitación, del sentimiento y la inteligencia en el manejo del instrumento cualifica y da oficio, como capacidad de dar.

El ejecutante es la clave del arte de vivir. Pues es él quien se expresa a través de su instrumento.

Estudia y capacítate en este arte de vivir, pero, sobre todo, empieza por comprender al ejecutante mismo.

Se debe perfeccionar de continuo el arte de vivir, y todo ejecutante debe aprender a construir su propio instrumento.

Nosotros vamos a estudiar al ejecutante. Pues comprenderlo puede cualificar mucho nuestra personal maestría, y perfeccionar el manejo de nuestro instrumento.

El ser del ejecutante tiene varias dimensiones: el ego, el yo, la identidad, el anhelo de si, la personalidad y el oficio.

El ego es el impulso primitivo y fundamental que el ejecutante identifica de sí. El ego es la identidad primera, de la que se parte a pensarse a sí mismo.

El yo, es ideal mental de sí mismo, es la reflexión ante el mundo acumulada desde el ego, como ideas de sí mismo, conquistando, conforme se aprende, formas de verse a sí y al mundo, formando criterio.

El yo se integra en el concepto de si mismo, esto tanto por las ideas que el ego se hace si mismo, como por las ideas continuamente adquiridas de la experiencia de vivir. El yo está en perenne crecimiento, influenciado por la educación y las circunstancias.

Conforme el alma del ejecutante madura, aprendiendo, mejorando con la experiencia su capacidad para tocar su instrumento, perfecciona el arte de vivir y el yo tiende a diferenciarse del ego, y desarrolla la habilidad de verlo sin dejarse definir totalmente por él.

La identidad es lo que mentalmente realiza nuestro ser en el espíritu que nos mueve, y la vamos transformando, con conocimientos e ideas, mientras crecemos nuestros espíritus.

El anhelo de ser es aquello que a futuro nos interesa y deseamos ser. Se identifica como identidad, y, junto con lo que queremos que se diga de nosotros, forma nuestra personalidad.

La personalidad es como somos ante los demás por nuestros actos. En lo interno es como por pensarnos somos, motivados mentalmente por la identidad, junto con lo que anhelamos se diga de nosotros.

Vivir es un oficio con el que podemos hacer arte. Pero esto solo podremos lograrlo si aprendemos a hacerlo en conjunto, pues el oficio de vivir es un arte orquestal.



El Candelabro. Iluminando Mentes