Thomas Edward Lawrence (1888-1935), más conocido como Lawrence de Arabia, fue un renombrado héroe británico de la Primera Guerra Mundial. Su protagonismo durante la rebelión árabe (1916-1918), que sirvió para derrotar al Imperio otomano (Turquía) en el frente de Oriente Próximo, lo convirtió en una leyenda viva.



LAWRENCE DE ARABIA, DE HEROE A TRAIDOR.


El 19 de mayo de 1935 moría de un accidente de moto Lawrence de Arabia, quien se había distinguido luchando por la libertad de los árabes frente al moribundo Imperio otomano, aunque al final su sueño se vio frustrado por los intereses de las potencias europeas ganadoras de la Primera Guerra Mundial.

la muerte visitaría a Lawrence de Arabia (sobrenombre que popularizó el escritor Lowell Thomas, que le conoció en 1918) el 19 de mayo de 1935. No cayó luchando contra los turcos ni tampoco sucumbió como consecuencia de la depresión que sufrió cuando fue considerado un traidor en su tierra de adopción. Lo que puso punto y final a la vida de la gran leyenda británica fue un fatal accidente de motocicleta cuando intentaba esquivar a dos ciclistas en un día de tormenta.

Thomas Edward Lawrence nació en Tremadoc, en el noroeste de Gales, el 16 de agosto de 1888. Su amor por la arqueología le llevó en 1907 a matricularse en el Jesus College de Oxford para estudiar con una pequeña beca la arquitectura medieval durante las Cruzadas.

Allí, e influenciado por David George Hogarth, un arqueólogo especialista en Oriente Medio y director del Ashmolean Museum, nacería su pasión por las culturas del Próximo Oriente. En 1909, y animado por Hogarth, realizó su primer viaje a Oriente Medio que le llevó desde Palestina a la costa de Líbano, donde recogió material para su tesis, la cual presentó en 1910.


ARQUEÓLOGO RECONVERTIDO EN ESPÍA


Lawrence excavó después en algunos yacimientos a orillas del Éufrates, bajo la dirección del famoso arqueólogo británico Leonard Wolley. Durante ese tiempo, ampliaría sus conocimientos tanto de arqueología como del idioma y la cultura árabes, interesándose especialmente por la situación histórico-politica de la región.
A principios de 1914, Lawrence se unió a la expedición del capitán Stewart Newcombe para excavar en la península del Sinaí.

Pero en realidad, la misión arqueológica era una tapadera para realizar un estudio topográfico de carácter militar de zona. Los intereses occidentales en la región, tanto del Reino Unido como de Francia, se estaban viendo afectados por el avance del Imperio otomano, y los ingleses aprovecharon los conocimientos de Lawrence sobre los pueblos de la región para promover una revuelta de las provincias árabes oprimidas en contra de los otomanos. El ejercito británico esperaba contar con el apoyo de las fuerzas árabes para frenar a los turcos.


LAWRENCE DE ARABIA


Lawrence trabó gran amistad con Huseyn Faisal I, un miembro prominente de la familia de los hachemíes y líder de la rebelión árabe entre 1918 y 1920, el cual compartía su idea idea de crear un estado panárabe con capital en Damasco. A cambio del apoyo militar necesario, Huseyn Faisal I exigía la “no invasión occidental” y el reconocimiento de una liga panárabe que él mismo lideraría.

Pero las ambiciones para la zona, una vez vencido el ejército otomano, del Reino Unido, lideradas por el diplomático Mark Sykes, y de Francia, de la mano de Georges Picot, eran otras. Lawrence tenía la esperanza de que bajo su liderazgo las tropas árabes lograrían la victoria y alcanzarían así su independencia, y que el tratado firmado por Sikes y Picot, por el cual los ingleses cedían a Francia un mandato sobre Siria, quedase al final en papel mojado.

Pero este acuerdo quedó ratificado con el tratado de paz de Versalles de 1919, firmado al finalizar la Primera Guerra Mundial, y sentenciaba que Faysal I no recibiría ninguna de las concesiones prometidas por sus aliados antes de la contienda.

Llegados a este punto, Lawrence tuvo que lidiar con un grave dilema moral y escoger entre la lealtad prometida a los árabes y la lealtad que debía a su patria.

Profundamente desilusionado por la actuación de su país, asqueado por las atrocidades de la guerra, de las que se sentía corresponsable, y abatido por las pérdidas en el campo de batalla, en Francia, de sus dos hermanos, Lawrence pidió el relevo y el 4 de octubre de 1918 abandonó Damasco rumbo a Inglaterra vía El Cairo.


EL FINAL DE UN SUEÑO


Considerado un traidor por los árabes, y una vez en el Reino Unido, en 1922, Lawrence, con el beneplacito de Winston Churchill y de Hugh Trenchard, mariscal de la Real Fuerza Aérea, se alistó como soldado raso en la fuerza real inglesa con el nombre de John Hume Ross, pero fue expulsado cuando se descubrió su verdadera identidad.

Más tarde fue readmitido con otro nombre y con un nuevo destino. En 1926, Lawrence publicó su obra mas famosa, Los siete pilares de la sabiduría, en la que relata su experiencia en la guerra contra los turcos.

Con 47 años, Lawrence se retiró a su casa de Clouds Hill. Sus allegados veían con preocupación su estado de tristeza y angustia ante el nuevo rumbo que había tomado su vida. El 13 de mayo de 1935, en un día de intensa lluvia, Lawrence sufrió un grave accidente mientras pilotaba su motocicleta Brough Superior SS100 cuando se encontró a dos ciclistas a pocos metros de distancia y tuvo que frenar en seco. Lawrence salió despedido y su cabeza impactó contra el suelo.

Estuvo seis días en coma y aunque el neurocirujano Hugh Cairns hizo todo lo que pudo para salvarle la vida, finalmente falleció.

Profundamente afectado por la muerte de Lawrence, el doctor Cairns estudió el modo de poder evitar más muertes de este tipo por golpes en la cabeza en accidentes de moto. Sus investigaciones dieron como resultado la implantación del uso del casco tanto en la vida civil como en la militar. Pero eso ya es otra historia.



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