El cuento de terror, considerado en sentido estricto, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo parece ser provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego en el lector, definición que no excluye en el autor otras pretensiones artísticas y literarias.

LAS GEMELAS
Esta historia me la contó mi abuelo. En sus años mozos fue fotógrafo y llegó a ser cotizado por sus buenos trabajos y llegó a tener tanta fama que eran innumerables las llamadas que recibía, hasta de gente que el no conocía, a las cuales otras personas les habían referenciado.
Fue entonces, que en una noche, recibió una de esas tantas llamadas, serían como las ocho de la tarde, para hacer un “trabajo” de emergencia según dijo la persona que le llamó.
Sin embargo, él le respondió que con gusto lo atenderia hasta el día siguiente, pues se encontraba cansado y se disponía a dormir.
Pero, la persona le insistió, que tenía que ser esa misma noche, que ella tenía que viajar por la mañana y necesitaba una foto familiar antes de partir. La voz de la mujer se le oía con angustia, que mi abuelo aceptó ir a su casa.
Cuando llego a la casa del cliente serian alrededor de las 9:30 pm. Era una casa grande, de muchas habitaciones, pero solo la luz de la sala se miraba encendida. Se apresuró a tocar la puerta y terminar su trabajo lo más pronto y asi regresar luego a casa. Por fin, sólo serían unos 20 minutos para la foto. Sin embargo, fueron los peores minutos de su vida, según cuenta él después.
Efectivamente, cuando abrieron la puerta, era una mujer de aproximadamente 30 años de un aspecto sombrío pero de una mirada cálida.
- Mucho gusto, señor, mi nombre es Maria, lo esperaba con ansiedad. Pase usted. Alguien me dio su número semanas atrás y no pensé que lo b necesitará tan pronto. Como sea, bienvenido.
- Era una persona muy amable y educada, pero aún con todo y eso mi abuelo se sentía incómodo y quería salir de ahí lo más rápido posible.
- A ver señora, a quien hay que fotografiar, es un poco tarde y quisiera regresar luego.
La señora, asintió con la cabeza. - Si lo entiendo señor, es tarde y un poco inusual trabajar a esta hora. Sin embargo, le, suplico me escuche un momento, para que ud entienda de que se trata y porque es tan importante que se haga el trabajo esta misma noche.
- Yo he vivido sola con mi hermana gemela en esta casa desde hace quince años. Era de un tío, que ya murió y nos la heredó. Mis padres aun viven en otro estado. Ellos son personas muy buenas pero muy conservadoras, y por razones de no entendernos y rebeldías de nosotras nos separamos y nos venimos a vivir con el Tío.
- Y desde entonces no volvimos a saber de ellos. Yo por razones personales tengo que partir mañana muy lejos y quiero antes de irme, nos tome una fotografía a mi hermana y yo, y enviársela de recuerdo a ellos, que sepan que lis quiero mucho.
- Esta bien señora, yo no le veo ningún problema a eso, es más es muy loable de su parte, querer de alguna manera, quedar en buena lid con sus padres.
- Si, verdad. <exclamó ella con un tono de tristeza
- Ahora bien, lo que le voy a decir, quiero su comprensión y confidencialidad. Pues, sucede algo más.
- Adelante, señora, soy un profesional, y créame he tenido muchas situaciones singulares y cualquier cosa la manejar con la mayor discreción posible.
-Gracias, se lo agradezco. Ya me habían contado de su profesionalismo y por eso lo escogí para esta misión.
Cada vez se intrigaba más el abuelo pero como él decía era un profesional. - Bueno, la situación es que mi hermana se encuentra allá arriba en su dormitorio y allá es que quiero tomarme la foto junto a ella.
- Pero, lo único es que ella falleció hoy, hace unas cuantas horas, y quiero que nos tome la foto de tal manera que no parezca que ha muerto!
Para que tengan un buen recuerdo nuestros padres como si estuviésemos vivas. - Yo, antes de partir por la mañana haremos los servicios fúnebres y al mediodía la llevaremos al cementerio y por la tarde partiré, pues ya no me queda nada que me ate a este lugar.
- Aunque en ese tiempo, todavía se hacían fotografías “postmorten”, ya no eran muy frecuentes, además al abuelo nunca le había tocado un trabajo de esos, ni mucho menos en esas circunstancias tan peculiares.
- De acuerdo, señora, vamos de una vez, para ayudarla en sus deseos.
- Mientras subían las escaleras, el abuelo sintió un extraño escalofrío, pero él siempre fue un hombre fuerte y muy determinado que era poco para sentir temor de nada.
- Finalmente, llegaron a la habitación de la hermana, al abrir la puerta, ella estaba vestida, y bien arreglada, como dormida.
- Maria, le dijo al fotógrafo, que ella se había tomado la molestia de vestirla y maquillarla, dejándola lista para ser fotografiada.
- El abuelo preparo su equipo, puso el trípode ajusto los lentes y luego junto con Maria pusieron a la hermana sentada en un sillón muy elegante. Al tocarla el abuelo, efectivamente se sentía todavía como cálida la temperatura de la hermana se miraba que recién había fallecido. Y si, eran idénticas con Maria.
Luego, le dijo a Maria que se colocará de pie cerca de su hermana para la foto. - En cuestión de minutos, se tomaron varias fotos.
Posteriormente, volvieron a colocar a la hermana en la cama y bajaron al salón principal. - Una cosa más . Quiero encomendarle que usted se encargue de enviarle las fotos a mis padres en cuanto las revele. Aquí esta la dirección, y ahí va la leyenda que quiero que les ponga a las fotos. Le pago por adelantado y algo extra por las molestias. Le quedo eternamente agradecida. No sabe lo importante que es para mi esta misión en lo que resta de mi existencia.
- No faltaba más, señora, cumpliré mi misión tal como me lo ha indicado. Una cosa más, como se llama su hermana.
- Teresa.
- Bueno, pasó a retirarme para que descanse y yo también, igual. La verdad ha sido de muchas emociones esta noche.
- Esta bien, señor. Pase buenas noches. Y no olvide su promesa.
- NO la olvidaré.
- Salió el abuelo de, ahí, sumamente excitado, con muchas emociones encontradas, pero se sentía bien de poder ser parte de una misión loable a pesar de, las circunstancias ” inquietantes” que rodeaban la experiencia.
- No supo en qué momento llegó a la casa, perdió la noción del tiempo, pues su cabeza no dejaba de pensar en lo que había pasado.
- No le contó nada a su esposa, para no inquietarla y trató de tranquilizarse, descansar y olvidarse de esa noche. Dejó todo para el día siguiente.
- A la mañana siguiente, el abuelo se levantó muy temprano, y lo primero que hizo fue poner a revelar las fotos, pero estas, iban a estar listas en un poco más de 24 horas. Así que, después de desayunar salió a su trabajo como era costumbre hasta que regresara por tarde.
- En el almuerzo, compró el periódico para ver los obituarios o los sociales para ver la noticia del zepelio de Teresa. Pero, no encontró ningún anuncio. Casi anocheciendo regreso a casa y revisó los negativos de las fotos pero to no se distinguían bien. Esa noche, se sentía inquieto y no durmió casi. Pensando que en la mañana estarían listas las fotos.
- Amaneció, era el momento de revelar las fotos, porque sabía que eso le sacaría de la intriga que lo tenía inquieto.
Poco a poco empezaron a develarse las fotos, así como su inquietud y asombro se empezó a incrementar. - Sorpresa! Las fotos solo develaron a la gemela muerta y Maria no aparecía por ningún lado. Enseguida, se apresuró a ver el papel donde estaba la dirección y la leyenda que le había dado “Maria”.
- Efectivamente, había una dirección y una leyenda que decía: Para mis amados Padres, siempre los tuve en mi corazón.
- Su hija :
Maria Teresa! - El abuelo cumplió su misión, les envió las fotos a los padres de Maria. Y jamás le contó a, nadie de esta experiencia.
- A los días, recibió una carta de los padres de Maria. Agradeciendo por mandarles las fotos, las cuales, Maria, les había llamado para decirles que les dejaba el recuerdo de las fotos y que lo había contratado a él para esa encomienda.
- Si, Maria Teresa, había fallecido semanas atras de aquella noche rara.
El abuelo antes de fallecer me contó esta historia, de la cual sólo yo, y ahora ustedes saben…
Fin
El Candelabro. Iluminando Mentes
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