Sor Patrocinio fue una monja española que se convirtió en una figura muy controvertida en su época. Nacida en 1807 en la provincia de Zaragoza, Sor Patrocinio llegó a la Corte española en 1832 como atendiente de la madre de la reina Isabel II, pero pronto se convirtió en la consejera espiritual y confidente más cercana de la monarca. Sin embargo, la presencia de Sor Patrocinio en la Corte también generó rumores sobre su conducta, incluyendo acusaciones de fraude, extorsión y manipulación de la opinión pública.




Sor Patrocinio: la monja consejera de la reina Isabel II y su caída en desgracia


Sor Patrocinio fue una monja española nacida en 1807 en la ciudad de Almunia de San Juan, en la provincia de Zaragoza. Su nombre completo era María Rafols Bruna, y pertenecía a la Orden de las Hermanas de la Caridad. Sor Patrocinio se convirtió en una figura muy controvertida en su época, ya que fue acusada de cometer diversos delitos, incluyendo el fraude, la extorsión y la manipulación de la opinión pública.

La historia de Sor Patrocinio comenzó cuando se convirtió en la confidente y consejera de la reina Isabel II de España. Sor Patrocinio había llegado a la Corte en 1832 para atender a la madre de la reina, pero rápidamente se ganó la confianza de la monarca. A partir de ese momento, se convirtió en una presencia constante en la vida de la reina, acompañándola en sus viajes y actuando como su asesora espiritual.

Sin embargo, pronto surgieron rumores sobre la conducta de Sor Patrocinio. Se decía que había estado involucrada en un fraude en el que se hacía pasar por una vidente que podía predecir el futuro, y que había extorsionado a varias personas que habían acudido a ella en busca de ayuda. También se dijo que había manipulado a la opinión pública para que la gente creyera que la reina estaba siendo perseguida por una conspiración.

Estos rumores llevaron a que se abriera una investigación en su contra. Sor Patrocinio fue sometida a un juicio eclesiástico en el que se le acusó de varios delitos, incluyendo el de blasfemia. Aunque se declaró inocente de todos ellos, finalmente fue excomulgada por la Iglesia Católica en 1852.

Tras su excomunión, Sor Patrocinio pasó el resto de su vida alejada de la vida pública. Murió en 1891 en la ciudad de Madrid, a los 84 años de edad.

La historia de Sor Patrocinio es un ejemplo de cómo la religión y la política pueden estar entrelazadas de maneras complejas y controvertidas. Aunque no está claro cuánto de lo que se dijo sobre ella era cierto, está claro que su presencia en la Corte española generó una gran cantidad de rumores y especulaciones que la llevaron a ser vista como una figura siniestra y peligrosa.

A pesar de todo, su legado ha sido recordado en algunas obras literarias y artísticas, lo que demuestra la fascinación que su figura aún ejerce en la imaginación popular.


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