En la lucha contra la opresión y la injusticia, surgen interrogantes fundamentales sobre el papel del oprimido y la responsabilidad colectiva en la perpetuación de estas realidades desalentadoras. El reconocido escritor Victor Hugo planteó una perspectiva contundente al afirmar que la aceptación de la opresión por parte del oprimido se convierte en complicidad, y que la cobardía es un consentimiento. Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre el poder de la resistencia y la participación ciudadana en la transformación de las estructuras opresivas. Además, Hugo señaló la existencia de una solidaridad vergonzosa y una participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo permite. En este artículo, exploraremos estos conceptos y examinaremos la interrelación compleja entre el gobierno y la sociedad, destacando la importancia de asumir la responsabilidad colectiva en la búsqueda de la justicia y la equidad.

“El gobierno, el pueblo y la solidaridad vergonzosa: una reflexión sobre la injusticia”
La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer.
Victor Hugo
La cita de Victor Hugo, “La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer“, plantea una perspectiva poderosa sobre el papel del oprimido y la responsabilidad compartida en la opresión. Estas palabras nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la resistencia y la participación ciudadana en la lucha contra la injusticia.
En primer lugar, Hugo señala que la aceptación de la opresión por parte del oprimido se convierte en complicidad. Esta idea plantea que aquellos que están siendo oprimidos tienen un papel activo en perpetuar su propia opresión cuando no se oponen a ella. Al aceptar pasivamente las condiciones de opresión, se crea una dinámica en la que los opresores pueden seguir ejerciendo su poder sin enfrentar consecuencias significativas. La complicidad surge de la renuncia a la propia voz y agencia, permitiendo que la opresión continúe sin resistencia.
Asimismo, el autor resalta que la cobardía es un consentimiento. Aquí, la cobardía se interpreta como la falta de valentía para enfrentar la opresión y luchar por la justicia. Al no resistirse activamente, se está otorgando un consentimiento tácito a los opresores, validando sus acciones y perpetuando el status quo opresivo. La cobardía implica el temor a las consecuencias y la renuncia al poder personal, lo cual fortalece la posición de aquellos que abusan de su poder.
La segunda parte de la cita de Hugo sugiere que existe una solidaridad vergonzosa y una participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo permite. Aquí, el autor destaca la interconexión entre el gobierno y la ciudadanía, y cómo ambos actores pueden estar involucrados en acciones perjudiciales. La solidaridad vergonzosa hace referencia a una complicidad tácita entre el gobierno y la población, donde se permite que se cometan injusticias y abusos sin una reacción adecuada. El gobierno puede verse respaldado por el silencio y la inacción del pueblo, mientras que el pueblo puede ser cómplice al no exigir rendición de cuentas y al no alzar su voz contra las injusticias cometidas.
En esta dinámica, el gobierno y la ciudadanía se convierten en cómplices, reforzando la opresión y la injusticia. La participación vergonzosa implica que ambas partes son responsables de las consecuencias de sus acciones, aunque puede haber una asimetría en el poder y la responsabilidad. Sin embargo, cada individuo tiene la capacidad y la responsabilidad de actuar en contra de la opresión, y cuando se elige la inacción o se permite que se perpetúe el mal, se comparte la responsabilidad.
En conclusión, la cita de Victor Hugo nos invita a reflexionar sobre la relación entre el oprimido y la opresión, destacando la importancia de la resistencia y la responsabilidad compartida. Al aceptar pasivamente la opresión, se fomenta la complicidad, mientras que la cobardía fortalece la opresión al consentirla.



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