En el vasto escenario de la naturaleza, donde la diversidad y las interacciones entre las especies se entrelazan en una sinfonía de vida, a menudo nos aferramos a ideas preconcebidas sobre qué animales son peligrosos y cuáles son inofensivos. Sin embargo, en ocasiones, es necesario desafiar nuestros conceptos arraigados y abrir nuestras mentes a nuevas perspectivas. Así, nos adentramos en un mundo en el que el tigre, el león y la pantera pueden sorprendentemente ser considerados animales inofensivos, mientras que las gallinas, los gansos y los patos emergen como figuras potencialmente peligrosas. Acompáñanos en un viaje que desafiará nuestras percepciones y nos invitará a contemplar la relatividad de la peligrosidad animal desde una perspectiva singular: la de una lombriz y sus crías.



Desafiando la percepción: Animales ‘inofensivos’ y ‘peligrosos’ desde diferentes perspectivas”



El tigre, el león y la pantera son animales inofensivos ; en cambio las gallinas, los gansos y los patos son animales altamente peligrosos, decía una lombriz a sus hijos”

Bertrand Russell


En el famoso dicho atribuido a Bertrand Russell, se plantea una afirmación aparentemente paradójica: “El tigre, el león y la pantera son animales inofensivos; en cambio, las gallinas, los gansos y los patos son animales altamente peligrosos”. Este enunciado nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de los animales y desafía nuestras percepciones convencionales de lo que consideramos peligroso o inofensivo.

Desde una perspectiva tradicional, es difícil conciliar la idea de que los grandes felinos, como el tigre, el león y la pantera, sean considerados animales inofensivos. Estas especies son ampliamente conocidas por su fuerza, velocidad y habilidades de caza, lo que las convierte en depredadores temibles en la cadena alimentaria. Su anatomía y comportamiento están adaptados para cazar y subsistir en un entorno salvaje. Por lo tanto, es natural que se les perciba como animales peligrosos, especialmente cuando interactúan con los seres humanos.

Por otro lado, el enunciado sugiere que las gallinas, los gansos y los patos son animales altamente peligrosos. A primera vista, esto puede resultar sorprendente, ya que estas aves son comúnmente asociadas con granjas y entornos rurales, donde suelen ser domesticadas y criadas para la producción de carne y huevos. A menudo, las vemos como animales apacibles y dóciles, que no representan una amenaza directa para los seres humanos.

Sin embargo, si nos adentramos en la perspectiva de la lombriz en la cita de Russell, podemos empezar a comprender la intención detrás de esta afirmación aparentemente irónica. La lombriz, al vivir bajo tierra y ser parte fundamental del ecosistema del suelo, experimenta su entorno de manera diferente a como lo hacen los humanos. Para la lombriz, las gallinas, los gansos y los patos pueden ser animales altamente peligrosos, ya que su presencia puede perturbar su hábitat, destruyendo su hogar y afectando su supervivencia.

Además, la lombriz, al ser un organismo más pequeño y vulnerable, puede percibir el comportamiento de las aves de manera distinta a como lo hacemos nosotros. Por ejemplo, las gallinas, los gansos y los patos pueden dañar el suelo con sus picoteos, desenterrar a las lombrices y consumirlas como parte de su alimentación. Para la lombriz, esto representa una amenaza directa para su existencia, ya que su función en el suelo es crucial para mantener la salud del ecosistema y la fertilidad del suelo.

Así pues, la lombriz, desde su perspectiva única y limitada, considera que las aves mencionadas son animales altamente peligrosos debido a los efectos negativos que tienen sobre su hábitat y supervivencia. Aunque nosotros, como seres humanos, tendemos a evaluar el peligro basándonos en nuestras propias necesidades y experiencias, es esencial reconocer que otras especies pueden tener perspectivas y prioridades diferentes.

Este planteamiento invierte el paradigma tradicional y nos invita a reflexionar sobre la relatividad de nuestros juicios y percepciones. Nos muestra que la idea de peligro o inofensividad no es absoluta, sino que está intrínsecamente ligada al contexto y al punto de vista desde el cual se evalúa.

En última instancia, esta reflexión nos anima a ser conscientes de la diversidad y la interconexión de la vida en la Tierra, y a considerar los diferentes puntos de vista y perspectivas que existen en el mundo natural. Al hacerlo, podremos desarrollar una mayor comprensión y respeto hacia todas las formas de vida, reconociendo que la noción de peligro o inofensividad es relativa y está influenciada por el contexto y las relaciones entre las especies.


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