En un universo en el que las puestas de sol y las sonrisas se convierten en símbolos de amor, es fácil perderse en la superficie del sentimiento más poderoso que los seres humanos pueden experimentar. Sin embargo, el corazón humano es un enigma complejo, un laberinto de ira, malos hábitos, creencias absurdas y contradicciones internas que definen la esencia misma de nuestra existencia. En este viaje por la profundidad del amor, nos aventuramos más allá de lo obvio y nos adentramos en la inmensidad del amor auténtico. ¿Estamos dispuestos a aceptar todo lo que hay debajo de la superficie, a amar las grietas y los abismos, a encontrar belleza en el caos y la decadencia? Descubramos juntos la magia de un amor que va más allá de las puestas de sol y abraza el espectro completo de la experiencia humana.



La aceptación incondicional en el amor: Aceptando virtudes y defectos”


Nunca digas que amas a alguien si nunca has visto su ira, sus malos hábitos, sus creencias absurdas y sus contradicciones. Todos pueden amar una puesta de sol y la alegría, solo algunos son capaces de amar el caos y la decadencia”.

Mario Vargas Llosa



El fragmento citado, atribuido a Mario Vargas Llosa, es una reflexión intrigante sobre el amor y sus dimensiones más profundas. Se presenta la idea de que el amor auténtico va más allá de la simple apreciación de las cosas hermosas y placenteras en la vida. Para amar verdaderamente a alguien, es necesario enfrentar y aceptar no solo sus virtudes y encantos, sino también sus defectos, contradicciones y momentos caóticos. En este artículo, analizaremos la naturaleza del amor mencionada en el fragmento y su relevancia en las relaciones humanas.

El ser humano, en su naturaleza compleja, es propenso a tener imperfecciones y dificultades. Cada individuo tiene una amalgama de rasgos, actitudes y creencias que pueden variar desde lo admirable hasta lo cuestionable. Amar a alguien en su totalidad implica comprender y aceptar todas estas facetas. Solo al reconocer y aceptar tanto lo bueno como lo malo de una persona se puede alcanzar un amor genuino y profundo.

La ira, los malos hábitos y las creencias absurdas son aspectos de la humanidad que a menudo preferimos ocultar o negar, incluso a nosotros mismos. Estos rasgos, considerados negativos, pueden generar conflicto y dificultad en una relación, pero son una parte innegable de la esencia humana. Enfrentarlos en una relación requiere una gran dosis de empatía y comprensión, además de la disposición para comunicarse y resolver conflictos de manera saludable.

El fragmento también hace referencia a la importancia de amar las contradicciones de una persona. Las contradicciones internas son inherentes a todos los individuos, y son una manifestación de la complejidad humana. Amar estas contradicciones implica aceptar que una persona puede tener deseos, creencias o actitudes que, en ocasiones, pueden parecer opuestos entre sí. Reconocer estas contradicciones es reconocer la verdadera profundidad de la persona y abrazar su complejidad.

Asimismo, el texto menciona la capacidad de amar el caos y la decadencia. Esta idea se refiere a la habilidad de amar incluso cuando las cosas no están perfectas, cuando la vida se vuelve complicada y desordenada, o cuando enfrentamos momentos de decadencia y desesperanza. Amar en tiempos difíciles y caóticos es una prueba definitiva del compromiso y la solidez de una relación.

En última instancia, el fragmento de Vargas Llosa nos invita a reflexionar sobre el significado profundo del amor en nuestras vidas. Amar a alguien verdaderamente va más allá de la superficialidad y de las apariencias. Requiere valentía y disposición para enfrentar y aceptar todos los aspectos de la persona amada, incluso aquellos que puedan ser complicados o difíciles de comprender. Solo a través de este tipo de amor, podemos establecer conexiones significativas y duraderas con los demás.

En conclusión, el amor auténtico va más allá de la mera apreciación de lo hermoso y agradable en una persona. Para amar de verdad, debemos ser capaces de enfrentar y aceptar todos los aspectos de la persona amada, incluidos los defectos, las contradicciones y los momentos caóticos. El amor auténtico implica una profunda comprensión y empatía hacia la complejidad de la naturaleza humana.

Solo cuando estamos dispuestos a abrazar todas las facetas de una persona, podemos experimentar el amor en su máxima expresión y construir relaciones significativas y enriquecedoras.


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