Bienvenidos a esta exploración de la vida y legado de uno de los cantantes folklóricos más icónicos de Argentina: Jorge Cafrune. A lo largo de esta entrada, nos adentraremos en la historia de este talentoso artista, su influencia en la música tradicional argentina y su valiente postura política en medio de tiempos tumultuosos. Exploraremos sus raíces gauchescas, su ascendencia sirio-libanesa y los grupos con los que compartió su arte, así como los desafíos que enfrentó durante la dictadura militar. Desde su ascenso en el escenario nacional hasta su trágica partida, nos sumergiremos en la vida de Jorge Cafrune y su inolvidable contribución a la música y cultura de Argentina. Prepárense para descubrir una historia llena de pasión, compromiso y un legado perdurable.



“El trágico destino de Jorge Cafrune: Una historia marcada por la dictadura militar en Argentina”


El 8 de agosto de 1937, en Perico del Carmen, Jujuy, nació uno de los cantantes folklóricos argentinos más populares: Jorge Cafrune. Criado en una familia con profundas raíces gauchescas jujeñas y ascendencia sirio-libanesa, Jorge Antonio Cafrune heredó de su padre la pasión por la música. Mientras cursaba sus estudios secundarios en San Salvador de Jujuy, aprovechó para recibir clases de guitarra de Nicolás Lamadrid.

En 1957, formó su primer grupo llamado “Las Voces del Huayra” junto a Luis Alberto Valdez, Tomás Campos y Gilberto Vaca. Fueron descubiertos por Ariel Ramírez, quien les ofreció una gira por la costa atlántica. Sin embargo, el proyecto se frustró debido al servicio militar al que Cafrune y Valdez fueron convocados. A su regreso a la vida artística, fundó “Los Cantores del Alba”, con quienes retomó las giras y las grabaciones.

En 1960, Cafrune inició su carrera en solitario, promocionándola con una gira nacional. Fue en 1962, gracias a la persuasión de Jaime Dávalos, que debutó en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, donde recibió el premio revelación otorgado por el público. Esto abrió las puertas de las radios y la televisión porteña, permitiéndole promocionar a nuevos talentos como José Larralde y Mercedes Sosa. En 1967, inició la gira “De a caballo por mi Patria”, al estilo tradicional de los gauchos, llevando su música a cada rincón del país y sumergiéndose en sus costumbres, sonidos y necesidades. Además, emprendió una extensa gira internacional, pero decidió regresar a Argentina en 1977, a pesar de los peligros que implicaba ser un cantautor costumbrista y peronista declarado en aquellos tiempos.

Fue en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín en 1978 donde su destino se selló. La gente clamaba por escuchar “Zamba de mi esperanza”, una canción prohibida por la dictadura militar. Cafrune, mordiéndose el orgullo, tomó una decisión audaz: “Aunque no esté en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la cantaré”. El teniente primero Carlos Enrique Villanueva, a cargo del centro clandestino de detención “La Perla”, dio la orden de “matarlo para prevenir a los demás”.

Pocos días después, mientras se preparaba para iniciar una nueva gira a caballo hasta Yapeyú, un joven llamado Héctor Emilio Díaz, a bordo de un rastrojero, lo atropelló y le quitó la vida. Aunque la causa fue catalogada como “muerte en accidente”, se descubrió que la camioneta estaba directamente vinculada al ministerio de bienestar social y su conductor nunca pudo explicar qué hacía en ese lugar a esa hora.

La trágica partida de Jorge Cafrune dejó un legado imborrable en la música folklórica argentina y en el corazón de su pueblo. Su valentía, pasión y compromiso con la música y sus raíces gauchescas siempre serán recordados.


EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES