“En los deslumbrantes anales de nuestro pasado mitológico, yace un misterio incomparable que ha provocado la curiosidad, la maravilla y la especulación de innumerables generaciones. Ungida con el nombre de Atlántida -un paraíso perdido donde el tiempo y las mareas se entrelazaron en un eterno vals- esta civilización presuntamente avanzada y misteriosa se ha grabado en los corazones y las mentes de los exploradores, académicos y soñadores por igual. Vamos a sumergirnos en las profundidades de la historia, la mitología y el misterio para desenredar la trama de la espléndida y elusiva Atlántida.”



“Del Mito a la Memoria: El Enigma Persistente de la Atlántida”
La Atlántida, un nombre que inmediatamente evoca imágenes de una civilización majestuosa y misteriosa, inundada por la furia del océano y perdida para siempre en las profundidades del tiempo. Permitamos que la grandiosidad de esta historia se envuelva alrededor de la realidad, coloreándola con tonalidades de misterio y maravilla.
Esta espléndida civilización tiene su origen en los antiguos textos griegos, específicamente en los trabajos de Platón. En sus diálogos “Timeo” y “Critias”, Platón nos introduce a la Atlántida, una metrópoli insular situada más allá de las Columnas de Hércules (el moderno Estrecho de Gibraltar). Platón pintó un panorama de esplendor y riqueza incomparables, donde las montañas altísimas y las llanuras vastas se extendían hasta donde alcanzaba la vista, con ríos que serpentean su camino hacia el mar.
El diseño de la Atlántida es digno de revelación. La capital de la isla estaba formada por anillos concéntricos de agua y tierra, una fortaleza natural resguardada por moats oscilantes. Dentro de estos precisos círculos geográficos, la civilización atlante se deleitaba en el apogeo de la maestría tecnológica y arquitectónica.
Dominaban las habilidades de control del agua, creando un sistema de canales sofisticado que alimentaba su metrópolis. Templos gloriosos y palacios imponentes salpicaban el impresionante horizonte, mostrando la destreza de los antiguos arquitectos atlantes. Esta sociedad evolucionada incluso forjó una flota de barcos que, según se informa, era inigualable en magnitud y poder.
Los reyes de la Atlántida eran sabios y justos, fieles custodios de su vasto conocimiento. Aunque con el paso del tiempo, su noble linaje se vio a sí mismo perdido en el torbellino de la corrupción y la avaricia, que eventualmente se hizo eco en la salvaje furia de la naturaleza. De acuerdo con las palabras de Platón, terremotos desenfrenados y maremotos implacables barrieron la Atlántida en un solo día fatídico, lo que dejó a esta magnífica civilización sepultada bajo el olvido marítimo.
Desde entonces, la Atlántida ha llevado una existencia a la sombra de la mitología y la evidencia circunstancial. Hay quienes sugieren que la Atlántida nació de los recuerdos colectivos de cataclismos naturales reales, mientras que otros la ven como una lección moral narrada por Platón para ilustrar los peligros de la corrupción y la decadencia moral.
Además, hay sugerencias interesantes, aunque altamente especulativas, de que la Atlántida podría haber encontrado un hogar en la Antártida o en el infame Triángulo de las Bermudas. Incluso hay quienes intentan trazar paralelismos entre la enigmática Atlántida y las civilizaciones del antiguo Egipto o los mayas, estableciendo conexiones en términos de arquitectura, mitología y conocimiento tecnológico.
Hoy, la Atlántida sigue cautivando nuestra imaginación y forma un núcleo integral en la narrativa de la civilización perdida. La encontrarás salpicando las páginas de la literatura, en escenas de películas y como leyendas en los juegos contemporáneos. Su ubicación puede seguir siendo un misterio, y su existencia, una especulación, pero una cosa es segura: la influencia y el atractivo de la Atlántida permanecen tan vivos como si estuviera aquí con nosotros, más de dos milenios después de su primera mención.
Infinitas especulaciones y teorías rodean a esta ciudad perdida, cada una contribuyendo acentuar su misterio. Algunos han hablado de la Atlántida como un experimento cósmico, una civilización que no sólo dominó la tecnología de los materiales sino también la de la energía humana y la conciencia. Otros llegaron a creer que la Atlántida podría ser justo el sitio de nuestro origen, una especie de “jardín del Edén” perdido. La leyenda de la Atlántida continúa creciendo, y con ella, nuestra fascinación por lo desconocido. Esta es la Atlántida, el eco de una edad dorada perdida en la trágica saga del tiempo, pero jamás en las pasiones de la humanidad.
Sea como fuere, la Atlántida permanecerá siempre en nuestra conciencia como la civilización esplendorosa que fue, un precioso recuerdo de lo que la humanidad pudo haber alcanzado y lo que, en última instancia, le aguarda si se deja llevar por sus propios vicios.
EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES