Adentrémonos en el vibrante universo de la música cubana y descubramos juntos la fascinante historia de Rafael Bergaza, un pianista extraordinario nacido en la encantadora ciudad de Trinidad, Cuba, en 1917. Desde sus tiernos años, el destino de Rafael se entrelazó con las teclas del piano, su pasión innata y su innegable talento lo llevaron a conquistar los escenarios más destacados de la época. Acompáñame en este recorrido emocionante mientras desentrañamos los secretos melódicos y la trayectoria envidiable de Rafael Bergaza, un genio musical que dejó una huella imborrable en la historia de la música cubana.

“Rafael Bergaza: Desde Trinidad a los escenarios más prestigiosos de Cuba”
Un día como hoy, el 27 de agosto de 1917, en la ciudad de Trinidad, en la desaparecida provincia de Las Villas (actualmente provincia de Sancti Spíritus), Cuba, nació Rafael Bergaza, un extraordinario pianista cubano. Su lugar de nacimiento fue la vivienda ubicada en la calle del Carmen No. 43, hoy Frank País No. 525, siendo sus padres Josefa y Francisco.
Desde una edad temprana, Rafael manifestó un talento excepcional para la música. A los 6 años, ya estudiaba violín, y a los 10 años, siendo acompañado por su padre, comenzó a tocar el piano como ejecutante en una orquesta. Su pasión y habilidad lo llevaron a estudiar solfeo, teoría de la música y piano con María Arcís.
La ciudad de Trinidad, de donde se mudó a los 14 años, se convirtió en un lugar lleno de recuerdos para Rafael, y su carrera artística siempre estuvo estrechamente ligada a esta ciudad natal.
Su consagración como pianista llegó cuando el célebre maestro Ernesto Lecuona lo presentó en sus extraordinarios conciertos realizados en los famosos teatros habaneros, como el Auditórium Amadeo Rodán, Encanto y América. En estas presentaciones, Rafael realizó dinámicos dúos de piano con Orlando de la Rosa y formó parte de grandes conjuntos donde hasta doce pianistas ejecutaban sus instrumentos simultáneamente, incluyendo a los virtuosos del momento.
En 1931, Rafael se presentó en un programa de la radioemisora de la Cuban Telephone Company, en los altos del Hotel Plaza en La Habana. Su verdadera consagración llegó cuando el maestro Ernesto Lecuona lo presentó en fabulosos conciertos desde los teatros Auditorium Amadeo Roldán, Encanto y América, donde realizó dúos de piano dinámicos con Orlando de la Rosa y participó en grandes conjuntos de hasta doce pianistas en escena, incluyendo a los más virtuosos de la música popular de la época. Además, tuvo la oportunidad de compartir escenario con destacados artistas como Ernesto y Ernestina Lecuona y Esther Borja.
Rafael Bergaza fue pianista de la Orquesta Yemayá y, en 1938, se unió a la Montecarlo, dirigida por el compositor y trompetista Julio Cueva, la cual tocaba en la radioemisora Cadena Azul de Santa Clara, bajo la dirección de Amado Trinidad Velazco.
En 1939, Rafael se trasladó a La Habana, donde trabajó como pianista acompañante de Rita Montaner en la radioemisora COCO. Posteriormente, fue nombrado director musical y pianista de la Compañía de Bufos Cubanos, dirigida por el cantante Ramiro Gómez Kemp. Junto a esta compañía, realizó giras por Santo Domingo, República Dominicana y Haití.
Durante este período, Rafael también trabajó como pianista acompañante del tenor René Cabel y se presentó en diversas radioemisoras, como RHC Cadena Azul, CMQ, Mil Diez y Radiodifusión O’Shea, además de actuar en el cabaret Eden Concert, la Compañía de Garrido y Piñero, los shows de Julio Richards y el restaurante El Patio.
Hacia finales de la década de 1940, Rafael viajó a Puerto Rico, donde cumplió un contrato de un año para trabajar en el cabaret Nilo. Durante su estancia en Puerto Rico, se presentó junto a la cantante estadounidense Frances Langford y el actor cómico Bob Hope, además de ofrecer conciertos a dos pianos con Eddy Duchin. También realizó giras por las Antillas Menores y Estados Unidos, donde actuó en los teatros de Nueva York junto al actor cómico Carlos Pous y la cantante Rita Montaner.
Desde 1951 hasta 1958, Rafael formó un dúo de piano con Juan Bruno Tarraza, con quienes se presentó en el teatro Blanquita en México, acompañando a las compañías de Tina de Mola y la soprano mexicana Esperanza Iris. En 1952, actuaron en el Chateau de Madrid, el teatro Roxy y en programas de televisión de la NBC.
Pepe Hernández, director de teatro, presentó al dúo Bergaza-Tarraza en el teatro Margo de Ciudad de México, donde compartieron escenario con el Trío Los Panchos y artistas como María Victoria, Chucho Martínez Gil, Tony Gari, la bailarina Chelo la Rue, las orquestas de Dámaso Pérez Prado e Ismael Díaz y el compositor Agustín Lara. El dúo realizó giras por casi todos los países de América, así como por Francia, Italia, España, Medio Oriente y África del Norte.
En 1958, Rafael Bergaza regresó a Cuba y trabajó en el Cabaret Tropicana como compositor e intérprete hasta 1967. Durante su tiempo en el Tropicana, creó numerosas composiciones musicales como “Un cuadro chino”, “Los heraldos”, “Los bufones”, “Las pirañas”, “Cinturón de castidad”, “Felograma”, “Felonía”, “Felucho”, “Adán, sí señor”, “Carnaval, carnaval” y “La tentación”, donde utilizó los recursos de la comedia musical y el teatro de variedades.
Rafael Bergaza dejó un legado musical significativo y falleció el 7 de julio de 1969 en La Habana, Cuba. Su talento excepcional como pianista y su participación en destacadas agrupaciones musicales lo convierten en una figura importante en la historia de la música cubana.
Que descanse en paz y que su legado perdure para siempre.
EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES