En la tranquila ciudad de Bangor, envuelta por los verdes paisajes de Gales, resonaban las melodías de los cuatro fabulosos de Liverpool, The Beatles. Estaban allí, absortos en su mundo de serenidad y meditación trascendental. Pero la serena melodía de aquel día se vería brutalmente interrumpida, como una aguja arañando un vinilo. Un teléfono sonó con una noticia inesperada y trágica que cambiaría para siempre el camino de la banda más famosa del mundo: Brian Epstein, su mánager y quinto Beatle, había muerto.



Bangor 1967: El abrupto adiós a Brian Epstein y el comienzo de la disolución de los Beatles


El 27 de agosto de 1967, cuando los Beatles se encontraban en la remota ciudad de Bangor, Gales, para asistir a una conferencia de diez días sobre meditación trascendental, fueron sacudidos por una llamada telefónica impactante: su mánager, Brian Epstein, había muerto.

Los Beatles habían llegado a Bangor dos días antes, en un tren repleto de periodistas y fans, quienes se vieron sorprendidos por el entusiasmo de la banda por la meditación trascendental y su devoción por el gurú Maharishi Mahesh Yogi.

La noticia llegó mientras los Beatles se alojaban en el célebre Dixie Arms Hotel. En los días previos, la banda había permanecido en el Normal College, un antiguo internado victoriano convertido en el centro de la Universidad de Bangor. Durante su estancia, se había creado una sensación de serenidad y calma, que fue destrozada con la noticia de la muerte de Epstein.

La llamada fue recibida en el teléfono del quiosco del hotel, un recinto compartido con los estudiantes de la universidad. Epstein había sido hallado muerto en su casa de Londres en circunstancias trágicas: una sobredosis accidental de pastillas para dormir le había quitado la vida a los 32 años.

Dave Jones, que ahora vive en Francia pero en aquel entonces era un estudiante cercano a los Beatles, recordó el impacto de la llamada. Al parecer, John Lennon le informó del fallecimiento de Epstein con un gesto de absoluta incredulidad en su rostro.

Por entonces, Epstein ya era una figura titanica en la industria de la música. Había descubierto a los Beatles en el Cavern Club de Liverpool en 1961 y en seis cortos años había ayudado a transformarlos en el fenómeno global de la música, modulando su imagen y obteniendo para ellos su primer contrato con EMI. Asimismo, Epstein era un pilar en la vida personal y profesional de los cuatro Beatles; su figura representaba un componente crucial para la continuidad y cohesión del grupo.

La muerte de Epstein supuso un golpe devastador para los Beatles. Pese a la noticia, concedieron una entrevista al veterano periodista de ITV Derek Bellis. John Lennon se puso al frente de la entrevista, hablando mucho más que sus compañeros Ringo Starr y George Harrison.

Posteriormente, los cantantes debieron abandonar Gales y regresar precipitadamente a Londres para enfrentar la noticia de la muerte de Epstein y asistir a su funeral.

La muerte de Epstein marcó profundamente a los Beatles. Su ausencia se convirtió en una señal ominosa de los problemas futuros para la banda. A medida que la década de 1960 concluía, las tensiones aumentaron en la banda y, finalmente, la ruptura se produjo en 1970.

Los Beatles nunca volvieron a Bangor, pero la ciudad mantuvo su conexión con la banda. Siguen siendo parte del tejido de la ciudad, y la historia de su estancia en Bangor, y la trágica noticia de la muerte de Epstein, resuena hasta el día de hoy. Según el profesor Chris Collins, especialista en historia de la música de la Universidad de Bangor, la influencia de Epstein en los Beatles y su impacto en su música dejaron un legado duradero.

“La muerte de Brian Epstein marcó el comienzo de la desintegración de la banda. Sin Epstein, los Beatles perdieron el propósito común que les había unido: al final, cada miembro siguió sus propias metas e intereses”, indicó Collins. “Pero aún así, Epstein, como el ‘quinto Beatle’, continúa siendo una figura central en la historia de la banda y su legado se refleja en la música perdurable de los Beatles”.

La gesta de Epstein junto a los Beatles quedó grabada en la historia como un parteaguas en el ámbito de la música y la cultura popular, un apogeo y un ocaso que culmina de manera trágica e inesperada en la lejana Bangor.


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