“Imagine que despierta una mañana en un mundo donde solo se reconoce el dolor, pero no su ausencia, un escenario donde los tesoros más grandes, como la salud, la juventud y la libertad, son ignorados hasta que desaparecen. Un teatro de la vida donde las emociones y deseos humanos se distorsionan en un cruel reflejo del espejo. Este no es el guion de una película de ciencia ficción, sino el pensamiento profundo y a menudo perturbador del filósofo alemán Arthur Schopenhauer. Una visión del mundo que nos lleva a la esencia del sufrimiento humano, donde el dolor, el anhelo y la ausencia se entrelazan en un baile eterno. Bienvenidos al universo de Schopenhauer.”



“El Existencialismo de Schopenhauer: Un Estudio sobre Dolor, Deseo y Perdida”


«Sentimos el dolor, pero no la ausencia de dolor; sentimos el cuidado, pero no la falta de cuidados; el temor, pero no la seguridad. Sentimos el deseo y el anhelo, como sentimos el hambre y la sed: pero apenas se ven colmados, todo se acabó, como una vez que se traga el bocado cesa de existir para nuestra sensación. Todo el tiempo que poseemos estos tres grandes bienes de la vida, que son salud, juventud y libertad, no tenemos conciencia de ellos. No los apreciamos sino después de haberlos perdido, porque también son bienes negativos. No nos percatamos de los días felices de nuestra vida pasada hasta que los han sustituido días de dolor».

Arthur Schopenhauer – El amor, las mujeres y la muerte (Dolores del mundo. II).



Schopenhauer argumenta que los seres humanos estamos destinados a sufrir por la forma en que percibimos y valoramos nuestras experiencias. Esta visión profundamente pesimista de la vida se deriva de su concepción metafísica y epistemológica del mundo y de la humanidad.

Comenzando con la idea de que “sentimos el dolor, pero no la ausencia de dolor”, Schopenhauer señala nuestra tendencia a notar estados negativos o dolorosos más que estados positivos o placenteros. En términos modernos, podríamos relacionarlo con la teoría de la psicología cognitiva del “sesgo de negatividad”, que sugiere que las experiencias negativas tienen un impacto psicológico mayor que las positivas equivalentes. Usamos la misma cantidad de energía para enfocarnos en el dolor que para tratar de buscar la felicidad. El resultado es que tendemos a valorar más nuestras experiencias dolorosas que aquellas en las que no sufrimos.

Continuando, Schopenhauer argumenta que valoramos más la salud, la juventud y la libertad después de que las hemos perdido. Esto se puede entender como un giro filosófico a la vieja frase “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. Hay un gran contraste entre nuestra indiferencia cuando gozamos de estos bienes y la intensidad de nuestro anhelo por ellos cuando los perdemos.

Entonces, ¿qué nos quiere decir Schopenhauer con todo esto? Su mensaje fundamental es que la existencia humana es inherentemente sufridora. Vivimos en un estado constante de deseo y falta, siempre buscando algo que no tenemos o añorando lo que hemos perdido. Asimismo, nacemos con la capacidad de experimentar dolor, tanto físico como emocional, que a menudo sentimos de manera más intensa y duradera que el placer o la felicidad.

Por supuesto, Schopenhauer no argumenta que debemos rendirnos ante esta trágica visión del mundo. Al contrario, sostiene que es posible encontrar la paz y la satisfacción a través de la renuncia a los deseos mundanos, la contemplación de la belleza y la práctica de la compasión. En otras palabras, mientras que la existencia puede ser dolorosa, también puede ser rica y significativa.

En términos más amplios, Schopenhauer nos invita a reflexionar sobre cómo nuestra conciencia configura nuestra experiencia de la vida. Nos reta a reconocer que el sufrimiento y la falta son aspectos fundamentales de la existencia humana, pero también a buscar formas de trascender estas limitaciones mediante la reflexión, la bondad y la apreciación de la belleza.

Aunque su visión de la vida pueda parecer sombría, también ofrece una poderosa llamada a la humildad, la compasión y la sabiduría.


EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES