Stanley Donen, reconocido director cinematográfico y coreógrafo estadounidense, dejó un impacto duradero en la historia del cine, especialmente en el género del musical. A través de obras maestras como “Cantando bajo la lluvia” y su colaboración con Gene Kelly, Donen revolucionó la forma en que los musicales eran concebidos y presentados en la pantalla grande. Su enfoque innovador, que integraba magistralmente la narrativa con los números musicales, dio lugar a una nueva era de películas musicales con historias sólidas y virtuosismo artístico. En este artículo, exploraremos el legado y las contribuciones de Stanley Donen al género, y su papel en el renacimiento del musical en la década de 1950.

“Stanley Donen: El director que transformó el género del musical”
Desarrollo:
Stanley Donen debutó en el mundo del espectáculo como bailarín en el musical de Broadway “Pal Joey”. Su talento y habilidad en la coreografía lo llevaron a ser contratado como coreógrafo por la Metro-Goldwyn-Mayer. Fue en esta etapa de su carrera donde obtuvo la oportunidad de colaborar con Gene Kelly, lo cual resultó en la creación de algunos de los musicales más icónicos de la historia del cine.
Donen y Kelly dirigieron juntos “Un día en Nueva York” (1949), un clásico del género que significó un nuevo impulso para el musical. La película presentaba una narrativa más sólida y personajes bien definidos, aunque sin descuidar la espectacularidad de las coreografías. Sin embargo, fue con “Cantando bajo la lluvia” (1952) que Donen y Kelly lograron un éxito arrollador y rompieron completamente con los esquemas tradicionales del género.
En “Cantando bajo la lluvia”, los números musicales se integran de manera orgánica en la narrativa, aportando a la historia y desarrollando los personajes. Esta película se convirtió en el musical por excelencia y ha sido aclamada como una de las mejores obras del cine. Donen logró un equilibrio perfecto entre la comedia, la música y el romance, creando un clásico atemporal.
Otra de las colaboraciones destacadas entre Donen y Kelly fue “Siempre hace buen tiempo” (1955), la secuela de “Un día en Nueva York”. Esta película mantuvo el enfoque innovador y la calidad artística establecida por el dúo creativo en sus trabajos anteriores.
Además de trabajar junto a Gene Kelly, Donen también dirigió otros musicales notables en solitario. En “Bodas reales” (1950), colaboró con Fred Astaire y creó una obra encantadora que combinaba la elegancia de Astaire con su enfoque visual distintivo. “Siete novias para siete hermanos” (1954) es considerada su película más memorable fuera de su colaboración con Kelly. Con una premisa original y cautivadora, este musical cuenta la historia de rudos leñadores que secuestran a seis hermosas mujeres. Los números musicales y coreografías destacan por su energía y vitalidad, lo que contribuyó a su éxito tanto en taquilla como en el reconocimiento de la crítica.
Los musicales de Donen se caracterizan por la excelencia en la coreografía, la selección de canciones inolvidables y la manera en que logró que la música se convirtiera en un elemento esencial en la narrativa. Gracias a su visión innovadora y su capacidad para integrar diferentes elementos artísticos, Donen revitalizó el género del musical en una década en la que parecía estar en declive.
Además de su carrera en el género musical, Donen también incursionó en otros géneros cinematográficos. Películas como “Charada” (1963) y “Dos en la carretera” (1967) demuestran su versatilidad como director y su habilidad para contar historias de diferentes estilos.
Conclusión:
Stanley Donen fue un director y coreógrafo visionario que revolucionó el género del musical en la década de 1950. Sus colaboraciones con Gene Kelly, en películas como “Cantando bajo la lluvia” y “Un día en Nueva York”, cambiaron para siempre la forma en que se concebían los musicales en el cine. Donen logró una integración perfecta entre la narrativa y los números musicales, otorgando a las historias un mayor nivel de profundidad y significado. Su impacto en el género del musical perdura hasta el día de hoy, y su contribución al cine ha sido reconocida con un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera en 1998.
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