En el laberinto de la existencia humana, emerge una poderosa verdad: el individuo es el arquitecto de su propia realidad. Tal como afirmaba el renombrado escritor Máximo Gorki, la vida se teje con los hilos de la fe, la incredulidad, el amor y la inteligencia, y en ese tejido resplandece la esencia misma de la libertad. En esta exploración filosófica, nos adentraremos en el intrincado tapiz de la elección, la autonomía y la responsabilidad, desentrañando cómo estas fuerzas invisibles configuran la gloriosa y humilde condición del espíritu humano.



El Existencialismo de Gorki: La Vida como Apuesta por la Identidad y el Propósito”


Un hombre puede creer o no creer, eso es cosa suya. Porque es su propia vida la que apuesta por la fe, la incredulidad, el amor y la inteligencia. Y no hay sobre la tierra otra verdad más grande para el espíritu humano que esta gloriosa y humilde condición. El hombre arriesga su propia vida cada vez que elige y eso lo hace libre”

Máximo Gorki



El fragmento de Gorki plantea la noción de la libertad y la capacidad de elección inherentes al ser humano. A través de un análisis más profundo, exploraré cómo estas ideas se conectan con conceptos filosóficos clave como el existencialismo, la autonomía y la búsqueda de significado.

La afirmación de Gorki resalta la facultad del individuo para creer o no creer en diferentes aspectos de la vida, lo que subraya la importancia de la autonomía personal. Esta capacidad de elección es fundamental para el existencialismo, una corriente filosófica que destaca la libertad del individuo y la responsabilidad que conlleva. Los existencialistas argumentan que la existencia precede a la esencia, lo que significa que cada persona debe darle un sentido y un propósito a su propia vida a través de sus elecciones y acciones.

El acto de elección, según Gorki, no solo se limita a la creencia religiosa, sino que abarca toda la gama de experiencias humanas, incluyendo la fe, la incredulidad, el amor y la inteligencia. Esto refleja la complejidad de la existencia humana y la variedad de dimensiones en las que se ejerce la libertad. En este contexto, la vida se convierte en un lienzo en blanco sobre el cual cada individuo pinta su propia narrativa, definiendo su identidad y forjando su destino.

La “gloriosa y humilde condición” a la que hace referencia Gorki señala la dualidad del ser humano: la grandeza de su potencial y la humildad de su vulnerabilidad. La elección, por lo tanto, no solo es un acto de liberación, sino también una carga. Al elegir, el individuo asume la responsabilidad de enfrentar las consecuencias de sus decisiones y lidiar con la incertidumbre que acompaña a la vida.

Desde una perspectiva filosófica, el concepto de riesgo y apuesta que menciona Gorki tiene un eco en las ideas de pensadores como Søren Kierkegaard. Kierkegaard exploró la noción de la “angustia” que surge de la elección y cómo esta angustia puede llevar a la búsqueda de la autenticidad y la trascendencia. La elección, entonces, se convierte en una oportunidad para cuestionar y explorar la propia naturaleza y propósito.

En conclusión, la cita de Máximo Gorki resalta la profunda relación entre la libertad, la elección y la responsabilidad en la vida humana. Al elegir, el individuo forja su propia identidad y destino, asumiendo tanto el poder como la carga de darle sentido a su existencia.

Esta reflexión filosófica nos invita a explorar nuestra capacidad única para enfrentar el desafío de la elección y, a través de ella, encontrar significado en medio de la vastedad y la incertidumbre de la vida.


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