En un cielo de estrellado fulgor, en medio del bullicio de la década de 1920, emergió un líder inusualmente silencioso pero decididamente eficaz: Calvin Coolidge. Conocido como “Silent Cal”, este hombre de mirada penetrante y palabras escasas se convirtió en el trigésimo presidente de los Estados Unidos, dejando una huella indeleble en la historia del país. Detrás de su aparente calma, se escondía un político astuto y comprometido, cuya adhesión a la economía de laissez-faire y su defensa de la igualdad racial desafiaban las convenciones de su tiempo. Acompáñanos en un viaje a través de los logros, desafíos y controversias de uno de los presidentes más intrigantes de la nación americana: Calvin Coolidge.

“Calvin Coolidge: Del gobernador de Massachusetts al 30º presidente de Estados Unidos”
Calvin Coolidge, conocido como “Silent Cal”, fue el 30º presidente de los Estados Unidos, ocupando el cargo desde 1923 hasta 1929. Nacido el 4 de julio de 1872 en Plymouth, Vermont, Coolidge se destacó por su enfoque conservador y su política de no intervención gubernamental en la economía.
Antes de llegar a la presidencia, Coolidge se desempeñó como abogado y político en Massachusetts. Fue elegido como Gobernador del estado en 1918 y se hizo famoso por su respuesta firme y resuelta a la huelga de la policía de Boston en 1919. Este incidente le valió una reputación de hombre de acción y le abrió el camino hacia una carrera política de mayor envergadura.
En 1920, Coolidge fue elegido como el 29º vicepresidente de los Estados Unidos, bajo la administración de Warren G. Harding. Sin embargo, su mandato como vicepresidente fue breve, ya que asumió la presidencia el 2 de agosto de 1923, tras el fallecimiento inesperado de Harding. Durante su mandato presidencial, Coolidge buscó mantener la estabilidad y restaurar la confianza pública en la Casa Blanca después de una serie de escándalos durante la administración de Harding.
Uno de los aspectos más destacados de la carrera política de Coolidge fue su política de control fiscal y su apoyo al reconocimiento del derecho al voto para las mujeres. A pesar de su postura conservadora, apoyó firmemente el sufragio femenino y promovió la igualdad de derechos para las mujeres en la sociedad estadounidense.
En cuanto a la política económica, Coolidge se adhirió a la creencia en una economía de laissez-faire, lo que significaba que defendía la mínima intervención del gobierno en los asuntos económicos. Durante su mandato, presenció un rápido crecimiento económico conocido como “los locos años veinte”, marcado por el aumento de la producción industrial y la expansión del consumo.
Sin embargo, algunos críticos argumentan que Coolidge no hizo lo suficiente para ayudar a los granjeros y trabajadores que enfrentaban dificultades durante la década de 1920. A pesar del auge económico, hubo una creciente desigualdad de ingresos y una disminución de la prosperidad en ciertos sectores de la economía. Además, hay un debate entre los historiadores sobre hasta qué punto las políticas económicas de Coolidge contribuyeron al inicio de la Gran Depresión en 1929.
A pesar de las críticas, Coolidge sigue siendo elogiado por su apoyo a la igualdad racial en un momento de creciente tensión racial en los Estados Unidos. En un discurso en 1925, afirmó: “La igualdad ante la ley en nuestra Constitución no es una ficción inalcanzable. Provee que todos los hombres sean iguales ante la ley”. Este respaldo a la igualdad racial y su postura pro empresarial lo convirtieron en un ícono para los defensores de un gobierno más pequeño y menos intervencionista.
En conclusión, Calvin Coolidge fue un presidente con una perspectiva conservadora que buscó mantener la estabilidad y restaurar la confianza en la presidencia después de una serie de escándalos. Su política de control fiscal, su apoyo al sufragio femenino y su enfoque de laissez-faire en la economía marcaron su mandato.
A pesar de las críticas y el debate en torno a sus políticas, Coolidge continúa siendo una figura importante en la historia de los Estados Unidos.
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