Bernardo O’Higgins Riquelme, reconocido como el padre de la independencia chilena, fue una figura crucial en la historia de Chile y en la consolidación de los primeros años de la nación. Nacido el 20 de agosto de 1778 en Chillán Viejo, O’Higgins se destacó por su valentía y liderazgo en la lucha por la independencia de Chile. A través de su papel como Director Supremo de Chile, implementó importantes reformas y obras que dejaron un legado duradero en el país. A lo largo de su vida, O’Higgins se vio envuelto en rivalidades y controversias, pero su contribución a la historia de Chile sigue siendo reconocida y valorada hasta el día de hoy.



Bernardo O’Higgins Riquelme y su influencia en el independentismo en América Latina


Bernardo O’Higgins Riquelme, hijo natural de Ambrosio O’Higgins, quien fue gobernador de Chile y virrey del Perú, fue una figura clave en el proceso de independencia de Chile y en la consolidación de los primeros años de la nación. Nació el 20 de agosto de 1778 en Chillán Viejo y realizó sus estudios en Lima antes de partir a Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de conocer a Francisco Miranda, quien lo inició en las ideas independentistas.

Tras la muerte de su padre en 1801, O’Higgins regresó a Chile y tomó posesión de la hacienda Las Canteras, cerca de la ciudad de Los Ángeles. Su carrera política comenzó en 1810, cuando fue elegido diputado de la recién formada Junta de Gobierno. Al año siguiente, fue nombrado coronel de ejército y en 1813 se enfrentó por primera vez a los realistas en la batalla de El Roble. A lo largo de su trayectoria, O’Higgins se vio envuelto en rivalidades y enfrentamientos con otros líderes independentistas, particularmente con José Miguel Carrera. Sin embargo, a pesar de sus diferencias, O’Higgins y Carrera unieron fuerzas para enfrentar la invasión de las fuerzas realistas dirigidas por Mariano Osorio.

Uno de los momentos más destacados de la vida de O’Higgins fue durante el período de la Reconquista, cuando organizó junto a José de San Martín el Ejército Libertador de los Andes. Desde la ciudad de Mendoza, O’Higgins dirigió la ofensiva chilena contra las fuerzas realistas, logrando la victoria en la batalla de Chacabuco en 1817 y finalmente proclamando la independencia de Chile el 12 de febrero de 1818. Durante esta época, O’Higgins dejó claro su rechazo a la monarquía en diversas proclamas dirigidas a los soldados enemigos.

Como Director Supremo de Chile, O’Higgins implementó importantes reformas y obras en el país. Destacó la construcción de escuelas primarias, la reapertura del Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional, así como la creación de la Escuela Militar. Sin embargo, sus medidas también generaron antipatía entre la aristocracia criolla, al abolir los mayorazgos y los títulos de nobleza, suprimir los escudos de armas y crear la legión al mérito.

Aunque la vida pública de O’Higgins estuvo marcada por episodios oscuros, como su participación en la muerte de José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez, el propio O’Higgins evaluó su trayectoria en un manifiesto dirigido a su pueblo. En enero de 1823, presentó su abdicación al cargo de Director Supremo para evitar una guerra civil. Debido a la falta de otros ingresos, O’Higgins subsistió gracias a la explotación de las haciendas Montalván y Cuiba, que le fueron obsequiadas por el Perú. Aunque hubo intentos de devolverlo al poder mediante una conspiración en Chiloé en 1826, fracasaron y O’Higgins fue prácticamente proscrito tras ser borrado del escalafón militar.

Fue solo en 1841, bajo la presidencia de Manuel Bulnes, cuando se ordenó que se restituyeran el rango y los sueldos adeudados a O’Higgins. Sin embargo, esta reparación llegó demasiado tarde, ya que el libertador de Chile estaba en las puertas de la muerte. Bernardo O’Higgins falleció el 24 de octubre de 1842 en Lima.

En resumen, Bernardo O’Higgins Riquelme es considerado el padre de la patria chilena debido a su papel en el proceso de independencia y en la consolidación de los primeros años de la nación. Aunque su vida estuvo marcada por rivalidades y controversias, sus acciones como Director Supremo de Chile dejaron un legado importante, especialmente en materia educativa y militar.

A pesar de los juicios históricos que se han hecho sobre su gestión, O’Higgins sigue siendo una figura clave en la historia de Chile.


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