El Obelisco de Buenos Aires, erigido en 1936 para conmemorar el cuadricentenario de la primera fundación de la ciudad, se ha convertido en un importante símbolo histórico y arquitectónico de la capital argentina. Situado en la Plaza de la República, en el cruce de las emblemáticas avenidas Corrientes y 9 de Julio, este imponente monumento ha sido testigo de eventos destacados a lo largo de los años y ha experimentado cambios significativos en su estructura. En este análisis, exploraremos la historia y las características arquitectónicas del Obelisco, así como su relevancia cultural y simbólica para la ciudad. Además, discutiremos las acciones tomadas para preservar y proteger este emblemático ícono, que sigue capturando la imaginación de locales y visitantes por igual.



El Obelisco de Buenos Aires: Su importancia cultural y simbólica en la identidad de la ciudad
El Obelisco de Buenos Aires es un monumento icónico que ha desempeñado un papel fundamental en la historia y el paisaje urbano de la ciudad. Construido en 1936 para conmemorar el cuadricentenario de la primera fundación de Buenos Aires, este monumento se ha convertido en un símbolo reconocible a nivel mundial.
Diseñado por el arquitecto Alberto Prebisch, el Obelisco se encuentra ubicado en la Plaza de la República, en el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Su construcción fue llevada a cabo en tiempo récord por la compañía alemana G.E.O.P.E. – Siemens Bauunion – Grün & Bilfinger, utilizando métodos y materiales modernos de la época.
La estructura del Obelisco se eleva a una imponente altura de 67.5 metros, de los cuales 63 metros corresponden a la base y 3.5 por 3.5 metros al ápice. Su diseño arquitectónico sigue la estética del movimiento modernista, caracterizado por líneas rectas y formas geométricas simples. El uso de hormigón y piedra blanca de Olaen de Córdoba refleja la influencia de este estilo en la época de construcción.
La historia del Obelisco está marcada por diversos acontecimientos que han dejado su huella en su estructura y significado. En 1939, se consideró la posibilidad de demolerlo por razones económicas, estéticas y de seguridad pública. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada debido a su estatus de monumento histórico nacional, bajo la custodia de la Nación. En 1943, se realizó una modificación importante en su apariencia, reemplazando el revestimiento original de piedra por uno de cemento pulido con grietas simulando las juntas de las piedras. Esta intervención tenía como objetivo preservar su integridad y durabilidad estructural.
El Obelisco también ha sido testigo de manifestaciones culturales y simbólicas a lo largo de los años. Ha sido decorado como un árbol de Navidad en 1973 y cubierto con un condón gigante de color rosa en el Día Mundial del SIDA en 2005, entre otros eventos. Estas intervenciones han utilizado el monumento como plataforma para transmitir mensajes y generar conciencia sobre diversos temas.
La protección y preservación del Obelisco han sido prioridades a lo largo del tiempo. En la década de 1980, sufrió actos de vandalismo y graffiti político, lo que llevó al gobierno de la ciudad a construir una cerca alrededor de su base en 1987 para protegerlo. Estas medidas han demostrado ser efectivas en la reducción de incidentes de vandalismo y en la preservación de su integridad.
En cuanto a su importancia cultural y simbólica, el Obelisco de Buenos Aires representa un fuerte vínculo con la identidad de la ciudad y sus habitantes. Además de su papel histórico y arquitectónico, el monumento es considerado un emblema reconocido en todo el mundo. Su preservación y protección continua son fundamentales para garantizar su legado y su significado para las generaciones futuras.
A lo largo de los años, se han realizado intervenciones y restauraciones para mantener la integridad del Obelisco. En 2005, se llevó a cabo una restauración integral que incluyó reparaciones en la estructura de hormigón y la renovación del revestimiento de cemento pulido. Estas acciones demuestran el compromiso de preservar su valor histórico y cultural.
En conclusión, el Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico y arquitectónico de gran importancia para la ciudad y sus habitantes. Su diseño modernista, su presencia imponente y su significado cultural y simbólico lo convierten en un emblema reconocible a nivel mundial.
La preservación y protección continua son esenciales para mantener su legado y su conexión con la historia y la identidad de Buenos Aires.
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