La vida es una experiencia fugaz, una oportunidad efímera que se nos presenta sin un manual de instrucciones. En ella, cada paso implica aprender, adaptarse y enfrentar desafíos constantes. Ernesto Sabato, reconocido escritor argentino, nos invita a reflexionar sobre esta realidad con su frase impactante: “La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse”.
Esta cita nos sumerge en un profundo análisis acerca del valor del tiempo y la complejidad de vivir plenamente. Nos enfrenta a la cruda confrontación de que, en el preciso momento en el que comenzamos a comprender y apreciar el verdadero sentido de la vida, el reloj inexorablemente sigue avanzando y debemos enfrentar nuestra propia mortalidad. Así, nos invita a reflexionar sobre cómo estamos empleando cada instante y cómo estamos aprovechando los desafíos y aprendizajes que se presentan en nuestro camino.

La paradoja de vivir: la brevedad de la vida y el aprendizaje constante
“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse”.
Ernesto Sabato
La frase de Ernesto Sabato encierra una reflexión profunda sobre la fugacidad de la vida y las dificultades que conlleva el proceso de vivir. A simple vista, la frase puede parecer pesimista, ya que nos confronta con la inevitabilidad de la muerte, pero también nos impulsa a valorar el tiempo que tenemos y a aprovechar cada momento de nuestra existencia.
La idea de que la vida es corta es un hecho irrefutable. Nuestro tiempo en este mundo es limitado, y a medida que envejecemos, nos damos cuenta de lo rápido que pasa. Esta corta duración de la vida nos confronta con una sensación de urgencia y el deseo de vivirla plenamente antes de que sea demasiado tarde.
Al referirse al “oficio de vivir”, Sabato nos plantea que vivir no es algo instintivo o automático, sino que requiere un aprendizaje constante. Este oficio implica enfrentarse a obstáculos, superar dificultades y tomar decisiones a lo largo del camino. Nadie nace sabiendo cómo vivir plenamente; es una habilidad que se adquiere a lo largo de la vida.
La afirmación de que “cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse” invita a la reflexión sobre la paradoja de la existencia humana. Justo cuando comenzamos a comprender mejor la vida y a sentirnos más seguros en nuestro camino, llega el final. Esta paradoja nos lleva a valorar aún más cada instante, cada experiencia y cada aprendizaje que adquirimos en nuestro recorrido.
La frase de Sabato no solo pone énfasis en la brevedad de la vida, sino también en la dificultad de vivir plenamente. Vivir implica enfrentarse a desafíos, dolor, pérdidas y contradicciones. No se trata únicamente de existir, sino de encontrar un propósito, construir relaciones significativas, perseguir sueños y luchar por aquello en lo que creemos.
En última instancia, esta frase nos invita a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras vidas. ¿Estamos aprovechando realmente el tiempo que se nos ha dado? ¿Estamos aprendiendo y creciendo constantemente? ¿Estamos abrazando nuestras pasiones y construyendo una existencia auténtica? La frase de Sabato sirve como un recordatorio ineludible de que el tiempo avanza sin detenerse y que debemos vivir con intensidad antes de que sea demasiado tarde.
En conclusión, la cita de Ernesto Sabato nos presenta una visión cruda pero realista de la vida: corta y difícil. Sin embargo, esta realidad también nos desafía a abrazar cada momento, a aprender continuamente y a vivir de forma auténtica y plena. Nosinsta a reconocer que, aunque el aprendizaje puede ser constante, el tiempo que tenemos para vivir es finito y debemos aprovecharlo al máximo.
EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES