En el vasto escenario de la historia, hay personajes que brillan con esplendor propio, pero también hay quienes son dotados de compañeros leales que, con sus patas y relinchos, dejan una huella imborrable en los relatos de conquistas y hazañas. Uno de esos valientes compañeros fue Cordobés Molinero, el caballo que montó Hernán Cortés durante la conquista de México. Este majestuoso corcel, cuyos cascos resonaron en campos de batalla y cuyos esfuerzos salvaron la vida de su jinete en la famosa batalla de la Noche Triste, se convirtió en un símbolo de valentía y lealtad. Así, entre las páginas de la historia, la historia de Cordobés Molinero se despliega, cautivando con su magnificencia y dejando una profunda impresión en los corazones curiosos que desean descubrir los lazos inquebrantables entre el hombre y su noble compañero equino.



El inmortal legado de Cordobés Molinero: Un símbolo de valentía y lealtad en la historia de la conquista española”


El caballo de Hernán Cortés, conocido como Cordobés Molinero, desempeñó un papel crucial durante la conquista de México. Después de regresar a España, el caballo fue rebautizado en honor al lugar de origen de su cuidador, Molinero. Acompañó a Cortés en sus hazañas y demostró ser un fiel compañero, salvándole la vida en la famosa batalla de la Noche Triste en 1520.

Durante esta batalla, las tropas españolas fueron emboscadas por los mexicas y se vieron obligadas a retroceder. Cortés, montado en Cordobés Molinero, se abrió paso entre los enemigos y logró escapar gracias a la velocidad y destreza de su valioso corcel. Sin embargo, a pesar de su heroica actuación, Cordobés Molinero sufrió heridas graves durante el enfrentamiento.

Después de la conquista de México, Hernán Cortés decidió regresar a España y llevó consigo a Cordobés Molinero. El coraje y la lealtad del caballo habían dejado una profunda impresión en Cortés, quien consideraba a su corcel como un compañero inseparable.

En España, Cordobés Molinero se convirtió en una figura emblemática de la victoria de Cortés y fue aclamado como un símbolo de la valentía y la audacia conquistadora. Muchos nobles y personalidades importantes expresaron su admiración por el corcel y deseaban tenerlo en sus establos.

Finalmente, Cordobés Molinero encontró su hogar en el antiguo Palacio de Montpensier, que actualmente alberga el Colegio de las Irlandesas en Castilleja de la Cuesta, Sevilla. Allí, el famoso caballo vivió sus últimos días en tranquilidad y se convirtió en una atracción para los visitantes.

La lápida que se encuentra en los jardines del Colegio de las Irlandesas, con la inscripción “CORDOBÉS”, es un homenaje a este noble caballo y su papel en la historia. Muchos visitantes se sienten intrigados por esta inscripción y se preguntan sobre la historia detrás de ella.

Cordobés Molinero fue sin duda un caballo excepcional, capaz de soportar las duras condiciones de la conquista y ser un apoyo invaluable para su jinete. Su valentía y resistencia lo convirtieron en una leyenda viva, y su legado perdura hasta nuestros días.

En resumen, Cordobés Molinero fue el caballo de Hernán Cortés durante la conquista de México. Su valentía y lealtad fueron fundamentales para la supervivencia de Cortés en la batalla de la Noche Triste. Después de su regreso a España, el caballo encontró su hogar en el Palacio de Montpensier y se convirtió en un símbolo de la conquista española.

La inscripción “CORDOBÉS” en el Colegio de las Irlandesas es un tributo a su memoria y a su legado como uno de los caballos más destacados en la historia de la conquista.


EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES