En el Hollywood clásico, donde el cine se encontraba en constante evolución y se forjaban las bases de la industria cinematográfica, surge la figura de Albert Lewin, un cineasta visionario cuyo impacto perdura hasta nuestros días. Aunque su carrera como director fue breve, su talento innato y su enfoque único lo convirtieron en un creador de películas memorables y adelantadas a su tiempo. En este análisis, exploraremos la vida y obra de Albert Lewin, sus influencias, su valentía para desafiar convenciones y su legado duradero en la industria del cine.



Albert Lewin: Un Cineasta Visionario del Hollywood Clásico


Albert Lewin nació el 23 de septiembre de 1894 en Brooklyn, Nueva York. A lo largo de su vida, se convirtió en un destacado director de cine, productor y guionista estadounidense. Aunque su carrera como director fue breve, su impacto en la industria del cine perdura hasta el día de hoy.

Después de estudiar en Harvard, Lewin se convirtió en profesor de Inglés en la Universidad de Missouri. Sin embargo, su pasión por el cine eventualmente le llevó a buscar oportunidades en Hollywood. Su lucha en la Primera Guerra Mundial y su experiencia como asistente del Comité Americano de Liberación Judía le brindaron una perspectiva única, que influenciaría su trabajo en el cine.

Lewin comenzó su carrera en la industria cinematográfica como lector de guiones para Samuel Goldwyn en la famosa Metro-Goldwyn-Mayer. Fue en esta etapa inicial de su carrera donde comenzó a desarrollar sus habilidades como guionista. Escribió guiones para directores pioneros como King Vidor y Victor Sjöström, ganando reconocimiento por su talento y versatilidad.

Posteriormente, Lewin incursionó en la producción de películas, lo que le permitió tener un mayor control creativo sobre sus proyectos. Una de sus producciones más destacadas fue “The Lady Eve” (“Las tres noches de Eva”), dirigida por Preston Sturges en 1947. Esta comedia romántica protagonizada por Barbara Stanwyck y Henry Fonda recibió aclamación de la crítica y consolidó a Lewin como un talentoso productor en Hollywood.

Lo que hace a Albert Lewin un cineasta verdaderamente único y visionario son sus elecciones argumentales, métodos de puesta en escena, decisiones estéticas y su profundo bagaje literario. Sus películas reflejan una mezcla de romanticismo y nihilismo, desafiando las convenciones estéticas e intelectuales conservadoras de la época.

Aunque solo dirigió seis largometrajes en su carrera, cada una de sus películas es una obra maestra en sí misma. Lewin solo se involucraba en proyectos que realmente le interesaban, lo que le permitía aportar su visión personal y su vasta cultura general a cada película. No tenía miedo de correr riesgos y siempre buscaba ofrecer al espectador una experiencia única y memorable.

Las temáticas exploradas por Lewin en sus películas son diversas y fascinantes. Desde la adaptación de la novela de Somerset Maugham en “La luna y seis peniques” (1942), inspirada en la vida del pintor Paul Gauguin, hasta su incursión en el misterio y la espiritualidad en “El ídolo viviente” (1957), en la que explora la reencarnación.

Es importante destacar la colaboración recurrente de Lewin con el actor George Sanders, quien protagonizó varias de sus películas. La combinación entre el talento actoral de Sanders y la visión artística de Lewin dio como resultado interpretaciones inolvidables y momentos cinematográficos inolvidables.

Aunque sus películas no siempre obtuvieron el reconocimiento y éxito comercial que merecían en su momento, el legado de Albert Lewin es innegable. Su visión única y su capacidad para desafiar los límites del cine convencional lo hacen un cineasta adelantado a su tiempo.

En conclusión, Albert Lewin fue un cineasta inclasificable del Hollywood clásico. Su pasión por el cine, su vasta cultura y su visión artística le permitieron crear películas únicas y memorables. Aunque su carrera como director fue breve, su impacto en la industria cinematográfica y su legado perduran hasta el día de hoy.

Su enfoque visionario y su valentía para correr riesgos lo convierten en un cineasta verdaderamente único y digno de reconocimiento.


Algunas de las películas dirigidas por Albert Lewin, junto con una breve reseña de cada una:

  1. “The Moon and Sixpence” (1942): Basada en la novela de Somerset Maugham, la película sigue la vida del artista Charles Strickland, inspirado en la vida del pintor Paul Gauguin. Es un retrato fascinante de la lucha entre el arte y la convención social.
  2. The Picture of Dorian Gray” (1945): Una adaptación del clásico de Oscar Wilde, la película cuenta la historia de un hombre que vende su alma para mantener su belleza y juventud eternas. Es un oscuro y cautivador estudio sobre la belleza y la corrupción.
  3. Pandora and the Flying Dutchman” (1951): Esta película romántica y misteriosa se centra en la relación entre una mujer fascinante y un marinero maldito que está condenado a vagar eternamente. Es una exploración poética e inquietante del amor y la redención.
  4. “The Living Idol” (1957): Ambientada en la Riviera Maya, la película sigue las aventuras de un arqueólogo que descubre una antigua estatua maya que podría estar conectada con la reencarnación. Es un fascinante drama misterioso y espiritual.
  5. “Pandora and the Magic Box” (1960): En esta película, Lewin presenta una visión metafórica y surrealista de la historia de Pandora y la caja de los males. Es una exploración del poder y la tentación, y una reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones.

Estas son algunas de las películas más destacadas dirigidas por Albert Lewin, cada una con su propio estilo distintivo y temas intrigantes. Cada película es una joya visual y narrativa que muestra la visión única y el talento de Lewin como director.


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