¿Cuántas veces has oído hablar de la filosofía, tal vez incluso te has sumergido en los textos de Platón, Kant o Nietzsche, y has asumido que “pensar” está ocurriendo automáticamente? Sumérgete conmigo en el mundo retorcido de Martin Heidegger, donde desafía estos supuestos, arroja luz sobre nuestras malinterpretaciones sobre “pensar”, y nos induce a cuestionar si la filosofía nos ha llevado a pensar de verdad, o simplemente a girar en círculos dentro de las telarañas del pensamiento de otros. Hoy, te invitaremos a un viaje a través de la visión de Heidegger del “pensamiento” y cómo esto trastorna nuestras nociones preconcebidas de la filosofía. Bienvenido a esta incursión en la dialéctica que separa pensar de filosofar, una revolución del pensamiento cuya bandera porta con orgullo Martin Heidegger.



El Verdadero Pensar: Un Análisis de Heidegger sobre la Filosofía”


Que se muestre interés por la filosofía, no atestigua de ninguna manera que se tenga una preparación para el pensar. Aun el mismo hecho de que nos hayamos entregado profundamente durante años al estudio de los tratados y escritos de los grandes pensadores, no es garantía de que pensemos, o, lo que es más, de que ni siquiera estemos preparados para aprender a pensar. Incluso, la ocupación con la filosofía puede embaucarnos con la obstinada apariencia de que nosotros pensamos porque “filosofamos.

¿A qué se llama pensar?,
Filosofía, ciencia y técnica,
Martin Heidegger



En este extracto de “¿A qué se llama pensar?”, Martin Heidegger aborda la noción común que enlaza la filosofía con el acto de pensar, y disgusta la asunción de que la participación en el estudio de la filosofía de alguna manera asegura la capacidad de pensar. Heidegger argumenta que el mero interés o dedicación a la filosofía no garantiza una preparación para el pensar.

Para Heidegger, el acto de pensar va más allá de la absorción del conocimiento existente o de los postulados filosóficos establecidos. El pensamiento no se logra simplemente a través de la memorización o la recapitulación de las ideas de otros, incluso si estos otros son los grandes pensadores de la historia. Pensar requiere un compromiso más profundo y personal con las cuestiones en cuestión, una voluntad de explorar y cuestionar en lugar de simplemente aceptar y repetir.

Heidegger también destaca la posibilidad de que la ocupación con la filosofía pueda llevarnos a una ilusión de que estamos pensando, simplemente porque estamos ‘filosofando’. Según él, la ‘filosofía’ puede convertirse en una actividad vacía, donde las ideas se mueven de manera circular sin cuestionarlas críticamente ni examinarlas a nivel personal. Este, según Heidegger, es un grave error, una distorsión de lo que debería ser la verdadera naturaleza del pensar.

El pensar, en la perspectiva de Heidegger, no tiene que ver con el hecho de ser capaz de recitar las ideas o buscar confirmaciones en los escritos de otros. Es más bien una exploración constante y crítica, y una conexión personal con las ideas, que lleva a un entendimiento más profundo. No basta con simplemente “filosofar” sin un compromiso activo con las ideas a un nivel más profundo y personal.

Heidegger a menudo vincula este acto de pensar con lo que él llama ‘abrir senderos’, en lugar de simplemente seguir los ya trazados por otros filósofos. En este sentido, el pensar para Heidegger es no sólo la capacidad de entender las ideas, sino también la capacidad de cuestionarlas, de ponerlas a prueba, de ir más allá de lo que se acepta comúnmente y, en última instancia, de abrir nuevos caminos de pensamiento.

Por tanto, este acto de “abrir senderos” lleva la filosofía más allá de lo puramente académico, convirtiéndola en una forma de exploración personal. No se trata simplemente de la adquisición de conocimientos sino de una forma de estar en el mundo. Esta perspectiva insiste en la importancia de este compromiso personal y activo con el pensamiento y advierte de los peligros de una mera ‘filosofía’ vacía de verdadera reflexión y compromiso crítico.

Además, la propuesta de Heidegger no sólo aporta una nueva claridad a la comprensión del pensamiento y la filosofía, también cuestiona la naturaleza habitual de la enseñanza de la filosofía y sugiere que se necesitan cambios significativos en la forma en que se acercamos y nos dedicamos a estas áreas de estudio. En lugar de centrarse en la repetición y la reproducción de ideas existentes, Heidegger sugiere que deberíamos buscar una forma más intensiva y personalizada de compromiso filosófico.

En resumen, Martin Heidegger nos llama a cuestionar nuestras concepciones cotidianas y extendidas del pensamiento y la filosofía y nos invita a explorar un enfoque más personal, crítico y comprometido de la actividad filosófica.


EL CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES