En las sombrías profundidades de la historia, donde el bien y el mal chocaron en un frenesí destructivo, surge la figura enigmática de Otto Günsche, el fiel asistente que compartió el destino de Adolf Hitler durante los turbulentos años de la Segunda Guerra Mundial. Desde su imponente estatura hasta su inquebrantable lealtad, Günsche se convirtió en el confidente más cercano del hombre que generó tanto espanto y fascinación en el mundo. Acompañándolo en sus viajes y protegiendo su seguridad, Günsche fue testigo de los secretos oscuros que definieron la era más oscura de la humanidad. Adéntrate con nosotros en los pasillos del poder y descubre la fascinante historia oculta tras este fiel servidor de Hitler.

“El papel de Otto Günsche: Testimonio de un oficial de las SS en el círculo cercano a Hitler”
Otto Günsche fue un oficial de las SS que sirvió como asistente personal de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Nació el 24 de septiembre de 1917 en Jena, una ciudad alemana situada en el estado de Turingia, que en aquel entonces formaba parte del Ducado de Sajonia-Weimar-Eisenach, uno de los estados federados del Imperio alemán. Desde joven se sintió atraído por el nazismo y se unió a las Juventudes Hitlerianas en 1931 y al Partido Nazi en 1934. Su elevada estatura (2 metros) y su aspecto físico que cumplía con los ideales de la raza aria le permitieron ingresar a la Leibstandarte SS Adolf Hitler, la unidad de élite de las SS que servía como guardia personal del Führer.
Günsche conoció a Hitler en 1936 y se convirtió en uno de sus ayudantes personales en 1940, tras haber participado en la invasión de Polonia y Francia. Entre sus funciones estaban acompañar a Hitler en sus viajes, reuniones y discursos, transmitir sus órdenes y mensajes, proteger su seguridad y atender sus necesidades personales. Günsche era uno de los pocos que tenían acceso directo al despacho privado de Hitler y que podían hablar con él sin intermediarios. Hitler confiaba en Günsche y le tenía aprecio, llegando a considerarlo como un hijo.
Entre 1941 y 1942, Günsche estudió en la Academia de Oficiales de Bad Tölz, donde se formaban los futuros líderes de las SS. Después regresó al servicio de Hitler como su ayudante personal hasta el final de la guerra. Durante ese tiempo, también combatió en el frente oriental como jefe de compañía de la división acorazada Leibstandarte SS Adolf Hitler entre febrero y junio de 1944. Fue condecorado con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro por su valor en el campo de batalla.
Günsche fue testigo del atentado contra Hitler perpetrado por el coronel Claus von Stauffenberg el 20 de julio de 1944 en la Guarida del Lobo, el cuartel general del Führer en Prusia Oriental. Günsche salió ileso del ataque y ayudó a socorrer a los heridos. Después acompañó a Hitler a Berlín, donde se refugiaron en el búnker subterráneo de la Cancillería ante el avance del Ejército Rojo.
En los últimos días del Tercer Reich, Günsche fue el encargado de cumplir la última voluntad de Hitler: quemar su cadáver y el de su esposa Eva Braun después de que ambos se suicidaran el 30 de abril de 1945. Günsche roció los cuerpos con gasolina y les prendió fuego en el jardín de la Cancillería, junto con otros oficiales de las SS. Sin embargo, los restos no se consumieron por completo y fueron hallados por los soldados soviéticos.
Günsche intentó escapar del búnker junto con otros miembros del círculo íntimo de Hitler, como su secretaria Traudl Junge, pero fue capturado por las tropas soviéticas el 2 de mayo de 1945. Fue trasladado a una prisión militar en Moscú, donde fue interrogado exhaustivamente por la NKVD, la policía secreta soviética, sobre los detalles de la vida y la muerte de Hitler. Los resultados de esos interrogatorios fueron clasificados como secretos y no se hicieron públicos hasta décadas después.
En 1950, Günsche fue juzgado por un tribunal militar soviético y condenado a 25 años de prisión por crímenes contra la humanidad. En 1955, fue entregado a la República Democrática Alemana (RDA), donde estuvo detenido en la cárcel de Bautzen hasta mayo de 1956, cuando fue liberado gracias a una iniciativa del canciller Konrad Adenauer para repatriar a los prisioneros alemanes. Günsche huyó entonces a la República Federal Alemana (RFA), donde se estableció bajo una identidad falsa.
Günsche nunca habló públicamente sobre sus experiencias junto a Hitler ni escribió ningún libro o artículo al respecto. Solo mantuvo contacto con algunos de sus antiguos compañeros de las SS, como Gerda Christian, la secretaria personal de Hitler. Günsche murió de un infarto el 2 de octubre de 2003 en Lohmar, cerca de Bonn, a los 86 años de edad. Fue uno de los últimos testigos directos de la muerte de Hitler y uno de los pocos que se negaron a revelar los secretos del búnker..
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