¿Alguna vez has sentido que el tiempo se te escapa de las manos? ¿Que no has hecho todo lo que querías hacer, o que no has dicho todo lo que querías decir? ¿Que has dejado pasar oportunidades, o que has postergado tus sueños? Si la respuesta es sí, entonces este ensayo es para ti. En él, te voy a hablar sobre el valor del tiempo y la importancia de vivir el presente con las personas que queremos. Te voy a mostrar cómo aprovechar cada segundo de tu vida para ser feliz y hacer felices a los demás. Te voy a invitar a reflexionar sobre tus prioridades, tus metas, tus sentimientos y tus acciones. Te voy a animar a cambiar lo que no te gusta, a expresar lo que sientes, a perdonar y pedir perdón, a disfrutar y hacer disfrutar. Porque el tiempo es oro, y tú eres el dueño de tu destino.

El tiempo es oro, vive el presente
El tiempo es un recurso valioso que no podemos recuperar una vez que se ha ido. Muchas veces, nos dejamos llevar por la rutina, el estrés, las obligaciones y las preocupaciones, y olvidamos vivir el presente con plenitud. Nos perdemos de disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen felices, de expresar nuestros sentimientos a las personas que queremos, de hacer lo que nos apasiona, de aprender algo nuevo, de perdonar y pedir perdón. Nos quedamos con la ilusión de que algún día tendremos la oportunidad de hacer todo lo que dejamos pendiente, pero ese día puede que nunca llegue.
Por eso, es importante aprovechar cada segundo de nuestra vida para ser quienes queremos ser. Para decir: Te quiero, te extraño. No esperar a que nos llamen, sino llamar nosotros. No esperar a que nos besen, sino besar nosotros, abrazar, querer… demostrar. Pedir perdón si algo no hicimos bien. No dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. No tener miedo de arriesgarnos, de equivocarnos, de cambiar. No conformarnos con lo que tenemos, sino buscar lo que deseamos. No vivir en el pasado, ni en el futuro, sino en el ahora.
Cada día son 24 horas que no podemos dar marcha atrás, el reloj sigue contando hacia adelante. No hay que perder el tiempo, hay que disfrutarlo. Con la gente, con nuestra gente. Con aquellos que nos hacen sentir bien, que nos apoyan, que nos comprenden, que nos hacen reír. Con aquellos que nos hacen crecer, que nos desafían, que nos inspiran, que nos enseñan. Con aquellos que nos aman y a los que amamos.
El tiempo se escurre entre las manos y luego nos arrepentimos de no hacer las cosas que quisimos. De no decir las cosas que pensamos. Por eso, aprovechemos cada segundo para ser quienes queremos. Para decir: Te quiero, te extraño. No esperemos esa llamada, hagámosla nosotros. No esperemos a que nos besen, besemos nosotros , abracemos, queramos… demostremos. Pidamos perdón si algo no hicimos bien.
La vida es una aventura maravillosa que merece la pena vivir al máximo. No la desperdiciemos por nada ni por nadie. Seamos felices y hagamos felices a los demás. El tiempo es oro, y nosotros somos los dueños de nuestro destino.
El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES