En el aparente caos y enjambre de la naturaleza, una pequeña especie destaca por encima de los demás, las abejas. Estos seres alados han cautivado la atención de los observadores durante siglos, no solo por su capacidad para extraer de su cuerpo una sustancia útil y valiosa como la miel, sino también por las complejidades de su comportamiento. Aunque a simple vista pueden parecer inofensivas y pacíficas, las abejas revelan un lado completamente distinto cuando se trata de proteger sus intereses. ¿Cuál es el misterio detrás de su transformación de criaturas dóciles a guerreras implacables? En este sorprendente estudio, exploraremos la dualidad de las abejas, su capacidad para cooperar y, al mismo tiempo, enfrentarse ferozmente a cualquier amenaza hacia su alimentación. Prepárate para adentrarte en el fascinante mundo de las abejas, donde la naturaleza y la supervivencia se entrelazan de manera sorprendente.

“Comparando comportamientos: las abejas y los humanos en la extracción de sustancias útiles”
La especie de las abejas es superior a la raza humana en cuanto extrae de su cuerpo una sustancia útil, mientras que todas nuestras secreciones son despreciables y no hay una sola que no haga desagradable al género humano. Me admira que los enjambres que escapan de la colmena sean más pacíficos que los chiquillos al salir del colegio, pues en esas circunstancias las jóvenes abejas no pican a nadie, o lo hacen raras veces y en casos excepcionales. Se dejan atrapar y con la mano se les puede llevar a una colmena preparada para ello. Pero cuando en su nueva morada conocen sus verdaderos intereses, se tornan semejantes a nosotros y nos declaran la guerra. En cierta ocasión presencié cómo iban pacíficamente, durante seis meses, las abejas a libar el néctar en un prado cercano cuajado de flores. Pero en cuanto comenzaron a segar el prado, salieron furiosas de la colmena y acometiendo a los segadores que querían privarlas de su alimento les obligaron a huir.
Voltaire,
Diccionario filosófico
En el extracto mencionado, Voltaire hace una comparación entre las abejas y los humanos en relación con las sustancias que producen a partir de sus cuerpos. Según Voltaire, las abejas son superiores a los humanos en este sentido, ya que producen una sustancia útil (la miel), mientras que las secreciones humanas son despreciables.
Voltaire también destaca el comportamiento pacífico de los enjambres de abejas cuando salen de la colmena, a diferencia de los niños al salir de la escuela. Las abejas jóvenes no pican a nadie, sino que se dejan atrapar y transportar a una nueva colmena. Sin embargo, una vez que conocen sus verdaderos intereses, las abejas se vuelven agresivas y declaran la guerra.
El autor también menciona un ejemplo en el que las abejas, después de libar en un prado durante seis meses, se enfurecieron cuando comenzaron a segar el prado y atacaron a los segadores para proteger sus fuentes de alimento.
A partir de este extracto, se pueden derivar varias ideas y reflexiones. Por un lado, se plantea la superioridad de las abejas en términos de producción de sustancias útiles para la sociedad, mientras que los humanos parecen estar en desventaja en este aspecto. Esto puede llevarnos a reflexionar sobre cómo utilizamos nuestros recursos y qué tan útiles son para nuestro entorno.
La comparación entre el comportamiento pacífico de las abejas al salir de la colmena y el comportamiento agresivo posterior puede plantear preguntas sobre la naturaleza humana y la capacidad de adaptación de las especies. Voltaire sugiere que las abejas están dispuestas a ser pacíficas siempre y cuando no se enfrenten a situaciones que amenacen su supervivencia o intereses.
Además, se puede interpretar que la reacción agresiva de las abejas está motivada por una respuesta instintiva de protección de su alimento. Esto pone de relieve la importancia de la supervivencia y la defensa de los recursos para las especies, incluida la humana.
En resumen, el extracto de Voltaire plantea una comparación entre las abejas y los humanos en términos de producción de sustancias útiles y comportamiento. A partir de estas ideas, podemos reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y nuestro propio comportamiento en relación con nuestros intereses y la defensa de nuestros recursos.
El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES