Adéntrate en el apasionante universo de Marvin Santiago, el inolvidable “Sonero Del Pueblo”. Sus melodías llenas de sabor y su carisma desbordante revolucionaron la música puertorriqueña, convirtiéndose en un ícono indiscutible de la salsa. Pero detrás de su brillante carrera se encuentra una historia de luces y sombras, una trayectoria marcada por la lucha contra la adicción, las batallas personales y la incansable búsqueda de redención a través de la música. Prepárate para descubrir el impacto duradero de Marvin Santiago y cómo su legado musical sigue resonando en los corazones de generaciones enteras.




Marvin Santiago: Un ícono de la salsa y su batalla contra la enfermedad y la adversidad”


Marvin Santiago, también conocido como “El Sonero Del Pueblo”, nació el 26 de diciembre de 1947 en Santurce, Puerto Rico y falleció el 6 de octubre de 2004 en Bayamón, Puerto Rico. Su infancia transcurrió en las calles Sánchez y Bolívar, en Santurce. A los 13 años, se mudó con su familia al edificio 42 del Residencial Público Nemesio R. Canales, donde pasó su adolescencia y temprana adultez. Durante ese tiempo, recibió el apodo familiar de “Marvelouski” y dio sus primeros pasos en la música al unirse al Conjunto Los Trotamundos en 1965, dirigido por el trompetista y profesor de música Roberto Valdés Pizarro.

Antes de dedicarse totalmente a la música, Marvin dividía su tiempo trabajando en la cafetería del periódico “El Mundo” y practicando béisbol. En 1967, conoció al compositor Tite Curet Alonso, quien lo llevó a participar en una audición convocada por Rafael Cortijo. Esta audición buscaba otro vocalista para su Combo, que en ese entonces se llamaba “Cortijo y Su Bonche”. Marvin impresionó a todos con su improvisación en el tema “Dominó” y así marcó su debut discográfico al grabar “Ahí Na’Ma'” a principios de 1969. Uno de sus primeros éxitos fue el tema “Vasos en Colores”, original de Hugo González.

Después de viajar con Cortijo por Estados Unidos, Marvin decidió quedarse en Chicago durante tres años, donde trabajó con La Gran Sonora del trompetista Felipe “Ipe” González y con Gilberto y Su Sexteto. Durante este tiempo, grabó su segundo álbum. En 1969, regresó a Puerto Rico y trabajó brevemente con la orquesta de Johnny “El Bravo” López y luego con el “Combo Candela” de Roberto Angleró. Fue con esta última agrupación que grabó otro álbum en 1970, incluyendo el éxito “Chán con Chán”.

Sin embargo, su ascenso a la fama llegó cuando se unió a la banda del bajista Bobby Valentín a fines de 1970, reemplazando a Frankie Hernández. Con Bobby Valentín, Marvin grabó varios álbumes exitosos, incluyendo “Rompecabezas” en 1970, del cual se desprendieron éxitos como “Amolador”, “Beso Borracho”, “Papel de Payaso” y “Vete pa’llá”. En 1972, grabó el clásico “Soy boricua”, cuyo tema titular, escrito por Roberto Angleró, se convirtió en un verdadero himno. Su colaboración con Bobby Valentín continuó con las producciones “Rey del Bajo” en 1973, “In Motion” en 1974 y la recopilación “Best of Marvin & Bobby” en 1976.

Desafortunadamente, debido a problemas de indisciplina y adicción a las drogas, Marvin fue reemplazado en la banda de Bobby Valentín. A pesar de sus dificultades personales, Marvin participó en otros proyectos musicales, como la Puerto Rico All Stars, la producción colectiva “De los Soneros” y una temporada con la orquesta de Tommy Olivencia.

En 1980, Marvin fue sentenciado a diez años de prisión por posesión y tráfico de drogas. Durante su reclusión, continuó siendo reconocido por su talento musical. En 1986, fue liberado y afirmó haber dejado la droga y convertirse al evangelio. Tras su liberación, grabó el álbum “Adentro” en 1981, siendo el primer cantante solista en hacerlo estando en prisión. En 1992, Bobby Valentín lo reclamó nuevamente para grabar el álbum “Donde lo dejamos” debido a la demanda de sus seguidores. Esta colaboración se repetiría en el disco “35 aniversario” en 2002.

Lamentablemente, Marvin Santiago falleció el 6 de octubre de 2004 a la edad de 56 años, debido a complicaciones de la diabetes que había padecido durante mucho tiempo. Su legado musical perdura hasta el día de hoy, y su talento y contribuciones a la música puertorriqueña siempre serán recordados.


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