¿Qué tienen en común un artista plástico, una cadena de comida rápida y unos tamales? A primera vista, nada. Pero en el año 2002, estos tres elementos se entrelazaron en una singular historia de resistencia cultural y ambiental en el estado de Oaxaca, México. Se trata de la batalla que libró Francisco Toledo, uno de los artistas más reconocidos y comprometidos de su país, contra la transnacional McDonald’s, que pretendía instalar una sucursal en el Centro Histórico de Oaxaca, Patrimonio Cultural de la Humanidad. ¿Cómo logró Toledo defender el patrimonio cultural y natural de su tierra natal? ¿Qué papel jugaron los tamales y el tejate en esta contienda? A continuación, te lo contamos.

La resistencia cultural de Francisco Toledo: el día que impidió la apertura de un McDonald’s en el corazón de Oaxaca
Francisco Toledo fue un reconocido artista plástico y activista social originario de Juchitán, Oaxaca. Su obra se caracterizó por la diversidad de técnicas, materiales y temáticas, así como por su compromiso con la defensa del patrimonio cultural y natural de su estado natal. Uno de los episodios más emblemáticos de su activismo fue el que protagonizó en el año 2002, cuando se opuso a la instalación de una sucursal de la cadena de comida rápida McDonald’s en el Centro Histórico de Oaxaca, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Toledo consideraba que la presencia de McDonald’s en el corazón de la ciudad representaba una amenaza para la economía local, basada en el turismo y el comercio de productos regionales, y para la identidad cultural de los oaxaqueños, que se expresa en su rica gastronomía. Por ello, envió una carta a los directivos de la empresa en Estados Unidos, en la que les explicó los motivos de su rechazo y les pidió que buscaran otro lugar para ubicar su franquicia. En la carta, Toledo destacó el valor del tiempo que se dedica a la preparación y el disfrute de los platillos típicos de Oaxaca, como parte de su patrimonio cultural intangible.
Además de la carta, Toledo organizó una manifestación pacífica y festiva en el Zócalo de Oaxaca, en la que ofreció a los transeúntes una degustación gratuita de tamales y tejate, dos de las especialidades culinarias oaxaqueñas. Los tamales eran de diferentes sabores: dulce, mole, rajas, chepil y frijol; y el tejate era una bebida ancestral elaborada con maíz, cacao y canela. La tamaliza contó con la participación de mujeres indígenas de Tlacolula de Matamoros, que prepararon el tejate, y con la música de tres bandas regionales que amenizaron el ambiente. Con esta acción simbólica, Toledo buscaba mostrar la riqueza y diversidad de la comida oaxaqueña frente a la homogeneización y desvirtuación que implicaba McDonald’s.
La tamaliza fue un éxito y logró reunir más de diez mil firmas de ciudadanos que apoyaban la causa de Toledo. Gracias a esta presión social, el alcalde de Oaxaca, Gabino Cué, anunció un año después que no se había autorizado el permiso para la instalación del restaurante en el Centro Histórico. De esta manera, Toledo logró preservar la integridad y singularidad de uno de los centros históricos más bellos y emblemáticos de México. Su ejemplo fue un gesto de resistencia cultural y ambiental que inspiró a otros movimientos similares en el país y en el mundo.
Conclusión y Reflexión final:
Francisco Toledo fue un artista y activista que defendió el patrimonio cultural y natural de Oaxaca, su estado natal. Su obra plástica reflejó su amor por la diversidad y la belleza de su tierra y su gente. Su activismo se manifestó en diversas causas sociales y ambientales, entre las que destaca la que enfrentó a la cadena de comida rápida McDonald’s en el año 2002.
Toledo se opuso a la instalación de una sucursal de McDonald’s en el Centro Histórico de Oaxaca, por considerar que afectaría la economía local y la identidad cultural de los oaxaqueños. Para expresar su rechazo, envió una carta a los directivos de la empresa y organizó una tamaliza en el Zócalo de Oaxaca, en la que ofreció tamales y tejate gratis a los ciudadanos. Con esta acción simbólica, Toledo mostró la riqueza y diversidad de la gastronomía oaxaqueña frente a la homogeneización y desvirtuación que implicaba McDonald’s.
Toledo logró su objetivo y evitó que McDonald’s se instalara en el corazón de la ciudad. Su ejemplo fue un gesto de resistencia cultural y ambiental que inspiró a otros movimientos similares en el país y en el mundo. Toledo demostró que es posible defender el patrimonio cultural intangible frente a las presiones del mercado y la globalización. Su legado es una invitación a valorar y preservar nuestra cultura y nuestra naturaleza. ¡Grande Toledo!
¡Grande Toledo!
El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES