En los anales de la ciencia, hay momentos que se elevan como hitos, desafiando no solo la gravedad terrestre, sino también las creencias arraigadas. En el bullicioso escenario del siglo XVII, un físico y matemático italiano, Evangelista Torricelli, se dispuso a desafiar las concepciones establecidas sobre el vacío. Su obra maestra, el barómetro, no solo midió la presión atmosférica, sino que creó un punto de inflexión en la física, desterrando las nociones aristotélicas y abriendo las compuertas a un nuevo mundo de comprensión meteorológica. Adentrémonos en la narrativa de tubos de mercurio, en el experimento que definió una era y en el legado perdurable de Torricelli que aún se siente en cada predicción meteorológica contemporánea.



El Vacío de Torricelli: Una Brecha en la Filosofía Aristotélica”


El reconocido físico y matemático italiano Evangelista Torricelli desempeñó un papel fundamental en la invención del barómetro en 1643, marcando un hito en la física y desafiando las ideas preexistentes sobre el vacío defendidas por filósofos como Aristóteles. La atribución oficial de su nombre, sin embargo, se llevó a cabo en 1676, gracias al trabajo del francés Edme Mariotte.

El barómetro, diseñado con el propósito principal de medir la presión atmosférica, se convirtió rápidamente en una herramienta esencial para realizar predicciones meteorológicas. Su funcionamiento se basa en la medición precisa del peso del aire sobre la superficie terrestre. Este invento revolucionario marcó un cambio significativo en la comprensión de la física, especialmente al refutar las nociones previas sobre la imposibilidad del vacío.

El experimento crucial de Torricelli, inspirado por su mentor Galileo Galilei, implicó un tubo abierto en un extremo lleno de mercurio, más denso que el agua, que reveló la existencia de una fuerza contraria, la atmósfera, que impedía que el mercurio descendiera más allá de 760 mm. Este fenómeno, conocido como el “vacío de Torricelli”, proporcionó la base para evaluar la presión atmosférica en función de la altura de la columna de mercurio.

Aunque el barómetro de Torricelli representó el primer dispositivo preciso de su tipo en la historia, su uso hoy en día se desaconseja debido a la toxicidad del mercurio. En su lugar, han surgido otros tipos de barómetros, como el barómetro aneroide y el altímetro, este último ampliamente utilizado en la aeronáutica.

Este avance en la instrumentación meteorológica no solo transformó la comprensión de la presión atmosférica, sino que también allanó el camino para desarrollos adicionales en la medición de variables atmosféricas cruciales, contribuyendo así al progreso continuo en la ciencia meteorológica y la física.


Evangelista Torricelli dejó una marca indeleble en el mundo de la ciencia, y sus aportes revolucionaron la comprensión del universo. Algunos de sus principales logros incluyen:

  1. Invento del Barómetro: Su contribución más conocida es la invención del barómetro en 1643. Este ingenioso dispositivo no solo midió la presión atmosférica, sino que también desafió las concepciones tradicionales sobre el vacío, abriendo nuevas perspectivas en la física y la meteorología.
  2. Vacío de Torricelli: A través de su famoso experimento con un tubo de mercurio, Torricelli demostró la existencia de un vacío parcial sobre la columna de mercurio, refutando las ideas aristotélicas y sentando las bases para la teoría del vacío.
  3. Trabajo con Galileo Galilei: Como discípulo y colaborador de Galileo, Torricelli continuó y expandió las investigaciones de su maestro. Sus contribuciones al estudio de los movimientos de los proyectiles y la dinámica de los fluidos ampliaron significativamente el conocimiento de la física de la época.
  4. Teorema de Torricelli: Desarrolló el teorema de Torricelli, que describe la velocidad de flujo de un líquido desde un orificio en un recipiente. Este teorema es fundamental en la hidrodinámica y ha sido crucial para entender la dinámica de fluidos.
  5. Investigaciones en Óptica: Torricelli también realizó investigaciones en óptica, contribuyendo al entendimiento de la refracción de la luz. Sus experimentos y escritos en este campo influyeron en los avances posteriores en la teoría óptica.

En conjunto, los aportes de Evangelista Torricelli no solo ampliaron el conocimiento científico de su época, sino que también sentaron las bases para desarrollos futuros en física y meteorología, dejando un legado perdurable en la historia de la ciencia.


Breve Biografía de Evengelista Torricelli


Evangelista Torricelli, el genio detrás del barómetro, nació en Faenza, Italia, en 1608, como un alma curiosa desde sus primeros días. Su mente inquisitiva y su amor por las matemáticas se revelaron en la adolescencia, marcando el inicio de una travesía que cambiaría la faz de la física. Inspirado por las enseñanzas de Galileo Galilei, su maestro y guía espiritual, Torricelli se sumergió en la exploración de los misterios del cosmos.

Aunque sus contribuciones científicas fueron vastas, el momento cumbre de su carrera llegó en 1643 cuando, con apenas 35 años, dio a luz al barómetro. Más que un invento, fue una revelación que desafió las creencias arraigadas, y el tubo de mercurio se convirtió en su narrador de historias atmosféricas. Sin embargo, la vida de Torricelli no estuvo exenta de desafíos; la controversia y la incomprendida genialidad a menudo caminaron de la mano.

Su legado trasciende la física. Torricelli fue un hombre de introspección, encontrando paz en la soledad de sus estudios. En sus últimos años, reflexionó sobre el significado de la existencia y la inabarcable vastedad del universo que había contribuido a descifrar. Evangelista Torricelli falleció en 1647, pero su influencia persiste, resonando en cada columna de mercurio que se erige en los barómetros modernos, y su espíritu sigue flotando en la eternidad de la física que él ayudó a redefinir.


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