¿Qué tienen en común el cielo, la tierra y las matemáticas? Para Ptolomeo, el gran astrónomo y matemático de la antigüedad, estas tres realidades estaban íntimamente relacionadas. En su obra maestra, el Almagesto, Ptolomeo nos muestra cómo aplicar las herramientas de la geometría y la trigonometría para describir y predecir el movimiento de los astros, suponiendo que la Tierra se encuentra en el centro del universo. El Almagesto es un tratado que resume y supera el conocimiento astronómico de su época, y que influyó en la ciencia durante más de mil años. En este ensayo, vamos a explorar los aspectos más relevantes y fascinantes de esta obra monumental.



El legado de Ptolomeo: el Almagesto y su influencia en la astronomía y las matemáticas


El Almagesto de Ptolomeo es una de las obras más influyentes y trascendentes de la historia de la astronomía. En ella, Ptolomeo expone su sistema geocéntrico, que consiste en explicar el movimiento aparente de los astros mediante una serie de círculos concéntricos y excéntricos, llamados deferentes y epiciclos, que giran alrededor de la Tierra. Este sistema fue capaz de predecir con bastante precisión las posiciones y los fenómenos celestes, como los eclipses, las fases lunares y las estaciones del año. Además, el Almagesto contiene un catálogo de más de mil estrellas, clasificadas según su brillo y su posición en 48 constelaciones, que se basa en el trabajo previo de Hiparco de Nicea¹.

El Almagesto no solo es una obra astronómica, sino también matemática. Ptolomeo utiliza las herramientas de la geometría y la trigonometría para construir su modelo y calcular los parámetros de los círculos que componen su sistema. Así, el Almagesto incluye una tabla de los senos de los ángulos comprendidos entre 0 y 90 grados (en intervalos de 15 minutos de arco), que es equivalente a la actual tabla de valores del seno². También introduce la trigonometría esférica, que es la rama de la matemática que estudia las figuras y los ángulos sobre la superficie de una esfera, como la esfera celeste³. Además, el Almagesto contiene teoremas que corresponden a la moderna ley de los senos, que relaciona los lados y los ángulos de un triángulo cualquiera⁴, así como las fórmulas para sumas y diferencias de ángulos y semiangulos, que son útiles para resolver problemas trigonométricos⁵.

El Almagesto fue una obra revolucionaria en su época, ya que sintetizó y superó el conocimiento astronómico anterior, proveniente tanto de la tradición griega como de la babilónica y la egipcia. Su autoridad fue indiscutible durante más de mil años, tanto en Europa como en el mundo árabe, donde se tradujo al árabe con el nombre de Al-Majisti (‘el más grande’), que luego pasó al latín como Almagesto⁶. El sistema geocéntrico de Ptolomeo fue aceptado como la verdad científica hasta el siglo XVI, cuando fue desafiado por el sistema heliocéntrico propuesto por Copérnico, Galileo y Kepler. Sin embargo, el Almagesto sigue siendo una obra fundamental para comprender la historia y la evolución de la astronomía y las matemáticas.

Entre los aspectos más interesantes del Almagesto se encuentra el intento de Ptolomeo por hallar el tamaño del universo a partir de su método de movimientos celestes. Según su modelo, los planetas se mueven en pequeñas órbitas circulares llamadas epiciclos, que a su vez se desplazan a través de una circunferencia mayor llamada deferente. El centro del deferente no coincide con el centro de la Tierra, sino que está desplazado a una distancia llamada excentricidad. Además, el punto desde donde se observa el movimiento planetario no coincide con el centro de la Tierra, sino que está situado en un punto llamado ecuante, que está a la misma distancia del centro del deferente que este del centro de la Tierra. Con estos elementos, Ptolomeo logra explicar las variaciones en el brillo y la velocidad aparente de los planetas.

Ptolomeo calcula el tamaño del universo suponiendo que la distancia entre el centro del deferente y el ecuante es igual al radio del deferente. Así, si se conoce la distancia entre la Tierra y algún planeta en su punto más cercano o más lejano (llamados perigeo y apogeo), se puede hallar el radio del deferente correspondiente a ese planeta. Ptolomeo usa el planeta Saturno, que es el más alejado de la Tierra según su sistema, y estima que la distancia entre la Tierra y Saturno en el perigeo es de 9.000 radios terrestres, y en el apogeo de 10.000 radios terrestres. Así, el radio del deferente de Saturno sería de 19.000 radios terrestres, y el diámetro del universo sería de 38.000 radios terrestres. Este valor es muy pequeño comparado con el tamaño real del universo, pero muestra el esfuerzo de Ptolomeo por medir y cuantificar la realidad celeste.

En conclusión, el Almagesto de Ptolomeo es una obra maestra de la astronomía y las matemáticas antiguas, que refleja el ingenio y la creatividad de su autor para explicar el movimiento y la naturaleza de los astros. Su influencia se extendió por más de mil años, y su legado sigue siendo relevante para la cultura y la ciencia actuales.


El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES


Descubre más desde REVISTA LITERARIA EL CANDELABRO

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.