En el tapiz multicolor de la literatura contemporánea, pocas figuras resplandecen con la singularidad de Kazuo Ishiguro, cuyas obras trazan delicadas fronteras entre culturas, épocas y géneros. Nacido al alba de la posguerra en Nagasaki y florecido bajo el gris cielo de Inglaterra, Ishiguro teje narrativas donde la memoria danza con el olvido, y la identidad se encuentra perpetuamente en un exilio introspectivo. Con una pluma que dibuja tanto la sutil ironía de la condición humana como las sombras de mundos distópicos, este laureado escritor invita a los lectores a un viaje literario tan perturbador como conmovedor, revelando con cada página cómo nuestras vidas están inextricablemente unidas a los hilos invisibles de nuestro pasado y a las posibilidades elusivas de lo que podríamos haber sido.

Kazuo Ishiguro: un escritor entre dos mundos
Kazuo Ishiguro es un escritor británico de origen japonés que nació el 8 de noviembre de 1954 en Nagasaki, una ciudad que sufrió el horror de la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial. Su madre, Shizuko, fue testigo de ese trágico acontecimiento, que marcó su memoria y su sensibilidad¹. Su padre, Shizuo, era un oceanógrafo que trabajaba para el Instituto Nacional Británico de Oceanografía, y por eso se mudó con su familia a Guildford, Inglaterra, cuando Kazuo tenía cinco años². Ishiguro tiene dos hermanas, Fumiko y Yoko, y creció en un ambiente familiar que conservaba las costumbres y la cultura japonesas, aunque él se adaptó rápidamente a la sociedad inglesa³.
Desde niño, Ishiguro mostró un gran interés por la música y la literatura. Estudió piano desde los cinco hasta los doce años, y fue influenciado por cantautores como Bob Dylan, Leonard Cohen y Joni Mitchell. Incluso llegó a enviar algunas cintas con sus canciones a distintas compañías discográficas, pero sin éxito⁴⁵. También fue un ávido lector de novelas y cuentos, especialmente de autores como Charles Dickens, Charlotte Brontë, Franz Kafka y Marcel Proust. Cuando terminó la escuela en 1973, se tomó un año sabático para viajar por Estados Unidos, donde conoció de primera mano la diversidad cultural y social del país².
En 1974, Ishiguro inició sus estudios universitarios en la Universidad de Kent, donde se graduó en 1979 en Licenciatura en Inglés y Filosofía³. Durante ese periodo, también trabajó como voluntario en una organización sin fines de lucro llamada West London Cyrenians, que se dedicaba a ayudar a personas sin hogar. Fue ahí donde conoció a Lorna MacDougall, una trabajadora social con la que se casó en 1984 y con la que tiene una hija, Naomi, nacida en 1992³.
Tras obtener su licenciatura, Ishiguro decidió seguir su vocación literaria y se matriculó en un Máster en Escritura Creativa en la Universidad de Anglia del Este, donde tuvo como profesores a los reconocidos escritores Angela Carter y Malcolm Bradbury³. Su tesis se convirtió en su primera novela, Pálida luz en las colinas (1982), que recibió el prestigioso premio Winifred Holtby y que narra la historia de una mujer japonesa que vive en Inglaterra y que recuerda su pasado en Nagasaki antes y después de la guerra. Con esta obra, Ishiguro se dio a conocer en el ámbito literario británico y demostró su habilidad para crear personajes complejos y para explorar temas como la memoria, la identidad, el exilio y la culpa.
Su segunda novela, Un artista del mundo flotante (1986), le valió otro importante galardón, el premio Whitbread, y le consolidó como uno de los autores más originales y talentosos de su generación. En esta obra, Ishiguro retrata la vida de un pintor japonés que vive en el Japón de la posguerra y que se enfrenta al cambio social y a las consecuencias de su colaboración con el régimen imperial. Con un estilo elegante y sobrio, Ishiguro construye una novela que reflexiona sobre el arte, la política, la moral y el conflicto entre tradición y modernidad.
El éxito internacional le llegó a Ishiguro con su tercera novela, Los restos del día (1989), que le hizo merecedor del prestigioso premio Booker y que fue llevada al cine por el director James Ivory en 1993, con las magistrales interpretaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson. Esta novela es una de las obras maestras de Ishiguro, y cuenta la historia de un mayordomo inglés que, al final de su vida, hace un balance de su carrera profesional y de su relación con la ama de llaves de la mansión donde trabajó durante décadas. A través de los recuerdos del protagonista, Ishiguro ofrece una lúcida y amarga visión de la historia de Inglaterra en el siglo XX, y de la pérdida de oportunidades y de sentido de la vida de muchos seres humanos.
Después de este gran triunfo, Ishiguro sorprendió a sus lectores con una novela muy diferente, El desconsolado (1995), que supuso un cambio radical en su trayectoria literaria. En esta obra, Ishiguro se aleja del realismo y se adentra en el terreno de la fantasía y el surrealismo, al narrar la extraña experiencia de un pianista que viaja a una ciudad europea para dar un concierto y que se ve envuelto en una serie de situaciones absurdas y angustiosas. Con una extensión de más de 500 páginas, esta novela es un desafío para el lector, que debe seguir el hilo de una trama laberíntica y de una atmósfera opresiva, que reflejan el desasosiego y la confusión del protagonista y del mundo contemporáneo.
Tras esta arriesgada apuesta, Ishiguro volvió a la novela histórica con Cuando fuimos huérfanos (2000), que narra la historia de un detective inglés que regresa a Shanghái, la ciudad donde nació y donde desaparecieron sus padres cuando él era niño, para intentar resolver el misterio de su destino. Ambientada en los años treinta, en el contexto de la guerra entre China y Japón, esta novela combina elementos de la novela policiaca, la novela de aventuras y la novela psicológica, y plantea cuestiones como la búsqueda de la identidad, la reconstrucción del pasado y la ilusión de la infancia.
Su sexta novela, Nunca me abandones (2005), es quizás la más conocida y aclamada de Ishiguro, y también la más controvertida, ya que se adscribe al género de la ciencia ficción y aborda un tema ético y social muy delicado: la clonación humana. La novela cuenta la historia de tres amigos que crecen en un internado especial, donde se les prepara para ser donantes de órganos en el futuro. A través de los recuerdos de la narradora, Ishiguro crea una obra conmovedora y perturbadora, que cuestiona la naturaleza humana, el valor de la vida y el sentido del amor.
Su séptima y última novela hasta la fecha es El gigante enterrado (2015), que también se sitúa en el ámbito de la fantasía, pero esta vez inspirada en la leyenda artúrica y en la mitología celta. La novela narra el viaje de una pareja de ancianos que vive en una Inglaterra medieval sumida en una niebla que borra la memoria de sus habitantes, y que busca a su hijo, del que apenas recuerdan nada. En su camino, se encuentran con personajes como un caballero, un guerrero y un dragón, que les ayudan o les obstaculizan en su búsqueda. Con esta obra, Ishiguro vuelve a reflexionar sobre el papel de la memoria, el olvido, el amor y la guerra en la historia y en la vida de las personas.
Kazuo Ishiguro es, sin duda, uno de los escritores más importantes y originales de la literatura contemporánea, capaz de abordar diversos géneros, estilos y temas con maestría y profundidad. Su obra se caracteriza por una cuidada prosa, una sutil ironía, una compleja construcción de los personajes y una constante exploración de las emociones y los dilemas humanos. Su condición de escritor entre dos mundos, el japonés y el británico, le ha permitido tener una visión amplia y crítica de la realidad, y ofrecer una perspectiva única y universal de la condición humana.
Además de sus novelas, Ishiguro ha escrito varios cuentos, que han sido recopilados en dos volúmenes: Nocturnos (2009) y Querida vida (2019). En estos relatos, Ishiguro explora diferentes aspectos de la vida cotidiana, como el amor, la música, el envejecimiento, la familia y la muerte, con un tono intimista y melancólico. Algunos de estos cuentos han sido adaptados al cine, como el caso de Un pueblo en la colina (2010), dirigido por Mark Romanek, o El veredicto (2015), dirigido por Richard Eyre.
Ishiguro también ha incursionado en otros géneros y formatos, como el teatro, el cine, la ópera y el cómic. Ha escrito guiones para series de televisión, como The Gourmet (1987) o The Saddest Music in the World (2003), y para películas, como La condesa blanca (2005), dirigida por James Ivory y protagonizada por Ralph Fiennes y Natasha Richardson. Ha colaborado con el compositor David Parry en la ópera Orfeo (2015), basada en el mito griego, y con el ilustrador Fabio Celoni en el cómic The Buried Giant: The Graphic Novel (2021), una adaptación de su novela homónima.
Su reconocimiento como escritor ha sido unánime tanto por la crítica como por el público, y ha recibido numerosos premios y distinciones a lo largo de su carrera. Entre ellos, cabe destacar el Premio Nobel de Literatura en 2017, el máximo galardón de las letras mundiales, que le fue otorgado por “sus novelas de gran fuerza emocional, que han descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”. Otros premios que ha recibido son el Premio Booker, el Premio Whitbread, el Premio Cheltenham, el Premio Oviedo, el Premio Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el Premio Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres, el Premio Ordre des Arts et des Lettres, el Premio Ordre du Mérite, el Premio Caballero de la Orden del Imperio Británico y el Premio Caballero de la Legión de Honor.
Kazuo Ishiguro es, en definitiva, un escritor excepcional, que ha sabido crear una obra original, diversa y profunda, que abarca diferentes géneros, estilos y temas, y que refleja su visión de la realidad y de la condición humana. Su obra es el resultado de su experiencia como escritor entre dos mundos, el japonés y el británico, que le ha dotado de una sensibilidad y una perspectiva únicas y universales. Su obra es un regalo para los lectores, que pueden disfrutar de su belleza, su inteligencia, su humor y su emoción.
El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES