En el pintoresco paisaje galés de Pontrhydyfen, entre las robustas colinas y el susurro de los vientos mineros, nació una leyenda que trascendería fronteras y épocas: Richard Walter Jenkins, más conocido como Richard Burton. Desde su infancia marcada por la adversidad hasta alcanzar las cumbres del estrellato en Hollywood, la vida de Burton fue un tapiz tejido con hilos de talento innato, pasiones arrolladoras y una voz que resonó como el eco de antiguas tragedias shakespearianas. Su ascenso desde las humildes calles de un pueblo minero hasta los lujosos escenarios de Broadway y las brillantes pantallas de cine, es una odisea que encapsula la esencia del sueño dramático. Actor, icono, amante apasionado y alma atormentada, Richard Burton fue mucho más que un actor; fue un fenómeno que dejó una huella imborrable en el teatro y el cine, convirtiéndose en una fuente inagotable de inspiración y admiración.




Richard Burton: un actor legendario


Biografía


Richard Burton nació como Richard Walter Jenkins el 10 de noviembre de 1925 en Pontrhydyfen, un pueblo minero de Gales. Fue el duodécimo de los trece hijos de un minero y una camarera. Su madre murió cuando él tenía dos años, y su padre lo abandonó poco después. Fue criado por su hermana mayor y su esposo, que le dieron el apellido Burton.

Desde niño, Burton mostró un gran interés por la literatura y el teatro. A los diez años, ganó un concurso de recitación de poesía. A los quince, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Oxford, pero la rechazó para alistarse en la Royal Air Force durante la Segunda Guerra Mundial. Allí conoció al actor Emlyn Williams, que lo animó a seguir su vocación artística.


Carrera cinematográfica


Burton debutó en el cine en 1949 con la película The Last Days of Dolwyn. Pronto se hizo famoso por su voz grave y su mirada penetrante, que le valieron el apodo de “la voz de Gales”. Su primer gran éxito fue The Robe (1953), la primera película en Cinemascope, donde interpretó a un centurión romano. A partir de entonces, protagonizó numerosas películas de época, aventuras y drama, como Alejandro Magno (1956), Los cañones de Navarone (1961) o Becket (1964).

Su papel más recordado fue el de Marco Antonio en Cleopatra (1963), donde conoció a la actriz Elizabeth Taylor, con quien inició una tormentosa relación que acaparó la atención de la prensa. Ambos se casaron y se divorciaron dos veces, y compartieron cartel en otras películas como ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), El hombre que vino de las estrellas (1976) o La mujer indomable (1967).

Burton fue nominado siete veces al premio Óscar, pero nunca lo ganó. Sin embargo, recibió otros galardones, como dos premios BAFTA, dos Globos de Oro, dos premios David de Donatello a mejor actor extranjero, el premio del Festival de Cine de Taormina y el premio del Semana Internacional de Cine de Valladolid a mejor actor.


Carrera teatral


Burton también se destacó como un actor formidable de Shakespeare, al que admiraba profundamente. En la década de 1950, fue llamado “el sucesor natural de Laurence Olivier”, y dio una interpretación memorable de Hamlet en 1964, dirigido por John Gielgud. También encarnó a otros personajes shakespearianos, como Enrique V, Coriolano, Macbeth o Ricardo III.

Además de Shakespeare, Burton participó en otras obras de teatro de diversos géneros, como Camelot (1960), una obra musical basada en la leyenda del rey Arturo, por la que ganó el premio Tony a mejor actor en una obra musical; o The Lady’s Not for Burning (1951), una comedia de Christopher Fry, por la que recibió el Theatre World Award.


Muerte y legado


Burton murió el 5 de agosto de 1984 en Céligny, Suiza, a causa de una hemorragia cerebral. Tenía 58 años. Estaba casado con su quinta esposa, Sally Hay, desde 1983. Fue enterrado en un cementerio cercano a su pueblo natal, junto a una placa que dice: “From Wales, Richard Burton, actor, 1925-1984, beloved of all”.

Burton es considerado como uno de los actores más importantes de su generación y de la historia. Su talento, su carisma y su pasión lo convirtieron en una leyenda del cine y del teatro. Su vida personal, marcada por sus amores, sus excesos y sus conflictos, también lo hizo un personaje fascinante y controvertido. Su voz y su mirada siguen cautivando a millones de espectadores en todo el mundo.


Reflexión Final


La historia de Richard Burton es una fascinante mezcla de triunfo y tragedia, un relato que captura la esencia de la condición humana. Su vida, marcada por logros extraordinarios y desafíos personales, refleja la lucha eterna entre la ambición y la vulnerabilidad. A través de su extraordinaria habilidad actoral, Burton nos recordó que el arte puede surgir de las circunstancias más adversas, transformando el dolor y la dificultad en belleza y emoción. Su legado no es solo su impresionante obra en el cine y el teatro, sino también la lección de que la pasión y la perseverancia pueden llevarnos a alcanzar alturas inimaginables. La vida de Richard Burton, con sus altibajos, sus éxitos y sus fracasos, sigue siendo un testimonio poderoso del espíritu humano y su capacidad para superar los obstáculos, dejando una huella indeleble en la historia del arte y en los corazones de quienes aprecian su trabajo.


El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES