En el vibrante tapeiz de la historia del fútbol, hay hilos que brillan con una luz única, narrando historias de gloria, desafío y tragedia inesperada. Uno de estos relatos pertenece a Eduardo Gonçalves de Andrade, conocido mundialmente como Tostão. Un prodigio del fútbol brasileño, cuyo nombre resuena con la misma intensidad que sus hazañas en el campo. Nacido en Belo Horizonte, Tostão no solo deslumbró en su patria con el Cruzeiro, sino que también se convirtió en un pilar esencial de la selección brasileña, contribuyendo decisivamente en la conquista del Mundial de 1970. Sin embargo, su carrera, tan luminosa como un cometa en el firmamento del fútbol, se vio abruptamente oscurecida por una lesión ocular que forzó su retiro a la temprana edad de 26 años. Su historia es un vívido recordatorio de la fugacidad del éxito y la fortaleza frente a la adversidad.

Tostão: el Pelé blanco que se retiró a los 26 años
Tostão es uno de los nombres más recordados de la historia del fútbol brasileño y mundial. Su talento, su visión de juego, su capacidad goleadora y su participación en el legendario equipo que ganó el Mundial de 1970 lo convirtieron en una leyenda. Sin embargo, su carrera fue breve y truncada por una grave lesión ocular que lo obligó a colgar las botas a los 26 años.
Sus inicios y su consagración en el Cruzeiro
Eduardo Gonçalves de Andrade, más conocido como Tostão, nació el 25 de enero de 1947 en Belo Horizonte. Su apodo, que significa “monedita” en portugués, se lo pusieron sus compañeros de infancia por su pequeña estatura. Empezó a jugar al fútbol en el América Mineiro, pero pronto pasó al Cruzeiro, donde se convirtió en el ídolo de la afición y en el líder del equipo.
Con el Cruzeiro, Tostão ganó cinco veces el Campeonato Mineiro (1965, 1966, 1967, 1968 y 1969) y una vez la Copa de Brasil (1966), siendo el máximo goleador del torneo con 10 tantos. Además, fue el primer jugador en anotar más de 100 goles en una temporada en el fútbol brasileño, logrando 103 en 1966. En total, marcó 249 goles en 378 partidos con el Cruzeiro, siendo el segundo máximo anotador de la historia del club.
Su trayectoria con la selección brasileña
Tostão debutó con la selección brasileña en 1966, a los 19 años, y participó en el Mundial de Inglaterra, donde Brasil fue eliminado en la primera fase. Sin embargo, su mejor momento con la verdeamarela llegó en el Mundial de 1970, en México, donde formó parte de una de las mejores selecciones de todos los tiempos, junto a Pelé, Gerson, Rivelino, Jairzinho y Carlos Alberto, entre otros.
En ese Mundial, Tostão fue el socio perfecto de Pelé, asistiendo, creando y anotando. Marcó cuatro goles, uno de ellos en la final contra Italia, que Brasil ganó por 4-1. Fue el segundo máximo goleador de su equipo, detrás de Jairzinho, que hizo siete. Además, fue elegido para el once ideal del torneo y recibió el Balón de Bronce, como el tercer mejor jugador, después de Pelé y Gerd Müller.
Tostão jugó 54 partidos con la selección brasileña y marcó 32 goles, siendo el quinto máximo anotador de la historia de Brasil. También fue el máximo goleador de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 1970, con 10 tantos.
Su prematuro retiro y su vida después del fútbol
La carrera de Tostão estuvo marcada por una lesión que sufrió en 1969, en un partido del campeonato brasileño entre el Cruzeiro y el Corinthians. Un defensa rival le pegó un pelotazo en la cara que le provocó un desprendimiento de retina en el ojo izquierdo. Tostão tuvo que ser operado y estuvo a punto de perderse el Mundial de 1970, pero se recuperó a tiempo y pudo jugarlo.
Sin embargo, la lesión no desapareció y en 1972 volvió a sufrir una recaída, que lo obligó a someterse a cinco intervenciones quirúrgicas. Los médicos le recomendaron dejar el fútbol, ya que corría el riesgo de perder la visión. Tostão, que había fichado por el Vasco da Gama en 1972, decidió seguir su consejo y anunció su retiro en 1973, con solo 26 años.
Tras dejar el fútbol, Tostão se dedicó a estudiar medicina y se especializó en oftalmología. También se convirtió en un reconocido periodista, escritor y comentarista deportivo, publicando varios libros y artículos sobre fútbol. En 1997, la FIFA lo nombró como el 14º mejor jugador del siglo XX y como uno de los mejores de Brasil. En 2004, fue incluido en la lista FIFA 100, que reunió a los 125 mejores futbolistas vivos, elegidos por Pelé.
Conclusión
La historia de Tostão, marcada por triunfos extraordinarios y un abrupto retiro, es un relato de resiliencia y adaptación. Su legado trasciende el fútbol, dejando una huella imborrable tanto en el deporte como en la cultura brasileña. Su habilidad en el campo lo convirtió en una leyenda, y su coraje frente a la adversidad, en una fuente de inspiración. Después de colgar las botas, Tostão demostró que la grandeza se puede manifestar de múltiples formas, reinventándose exitosamente como médico y periodista. A pesar de su prematuro retiro, su influencia persiste, recordándonos que las verdaderas leyendas nunca realmente desaparecen; simplemente cambian de escenario para continuar iluminando el mundo de nuevas maneras.
El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES