En el universo musical de Argentina, donde el ritmo de la chacarera palpita con el corazón de la tierra y la zamba se entrelaza con el susurro del viento, emerge la figura inmortal de Atahualpa Yupanqui. Como un poeta con una guitarra en lugar de una pluma, Yupanqui transforma su instrumento en un altar sagrado, un espacio de contemplación y conexión espiritual. En su mundo, la guitarra no es meramente un medio para la música; se convierte en una voz resonante para sus más profundas meditaciones, un refugio donde los hilos de la vidala se entrelazan con los ecos de su alma. Este viaje a través de las cuerdas de Yupanqui nos invita a explorar no solo la riqueza cultural de la música argentina, sino también a descubrir cómo un artista puede encontrar en su arte una vía hacia lo trascendental y lo eterno.



Melodías de Meditación: Explorando la Vidala con Yupanqui”


La guitarra es para mí un poco el templo donde yo entro a rezar. Cuando yo necesito musitar mi salmo profundo, voy a la guitarra. Por supuesto, no voy a tocar chacareras, que me encantan, ni gatos. La chacarera en Santiago del Estero, la zamba en Tucumán y el estilo en la provincia de Buenos Aires, para mí eso configura toda una atmósfera tradicional y hermosa. Pero para rezar, la vidala. Y la hora no importa, las nueve o las tres de la mañana y no necesito el estímulo del vino, ni de amigos. Respondo al reclamo interior, al “cascabel”, como lo llamaba Ortega y Gasset: cuando se agita dentro de uno el cascabel, es cuando se necesita andar ese camino para ver qué rebaño lo anda buscando.

Atahualpa Yupanqui



La reflexión de Atahualpa Yupanqui sobre la guitarra y su conexión con diferentes estilos musicales argentinos es profundamente evocadora y rica en significado cultural y personal. Al describir la guitarra como un “templo” donde entra a “rezar”, Yupanqui enfatiza el papel sagrado y trascendental que este instrumento tiene en su vida, no solo como un medio para la expresión musical, sino como una vía para la introspección y la conexión espiritual.

La mención específica de géneros musicales argentinos como la chacarera de Santiago del Estero, la zamba en Tucumán y el estilo en la provincia de Buenos Aires ilustra la diversidad y la riqueza de las tradiciones musicales de Argentina. Cada estilo representa una faceta única de la cultura argentina, con sus propios ritmos, temas y contextos. La chacarera, por ejemplo, es conocida por su ritmo vivo y alegre, típico de las fiestas y celebraciones rurales, mientras que la zamba es más melódica y a menudo asociada con el amor y el romance.

Sin embargo, para Yupanqui, es la vidala, un género musical del noroeste argentino, la que representa la verdadera esencia de su “oración” musical. La vidala es conocida por su naturaleza melancólica y su tono introspectivo, lo que la hace especialmente adecuada para momentos de reflexión personal. El hecho de que Yupanqui elija la vidala para sus momentos de introspección habla de su conexión profunda con las raíces culturales de su país y con el papel emocional y espiritual de la música en su vida.

El “cascabel” interior, una metáfora tomada de Ortega y Gasset, simboliza ese llamado interno hacia la creatividad y la expresión. Para Yupanqui, la música no es simplemente un pasatiempo o una profesión, sino una necesidad existencial, un medio para responder a ese “reclamo interior”. Esta idea refleja una comprensión más amplia de la música como una forma de arte que no solo entretiene, sino que también sana, consuela y da voz a las profundidades del alma humana.

La descripción de Yupanqui también refleja un profundo respeto por la tradición y la autenticidad. Su elección de no necesitar el “estímulo del vino, ni de amigos” para encontrar inspiración en su música sugiere una pureza en su enfoque artístico, una conexión directa y sin adornos con su arte. En un mundo donde la música a menudo se ve influenciada por factores externos y comerciales, la perspectiva de Yupanqui ofrece una visión refrescante y profundamente personal de lo que significa ser un músico.

En suma, la reflexión de Atahualpa Yupanqui sobre la guitarra y los estilos musicales argentinos ofrece una ventana hacia su alma de artista y su profundo respeto por la tradición musical de su país. Su enfoque en la vidala como medio de introspección y su rechazo a las influencias externas en su proceso creativo revelan una visión única y auténtica de la música como una forma de expresión espiritual y personal.


El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES