En el mundo del cine, pocas películas han logrado una fusión tan poderosa de fe, historia y drama humano como “La Pasión de Cristo”. Esta obra maestra, dirigida por Mel Gibson, no es solo una narración cinematográfica; es una odisea espiritual que nos transporta a las últimas doce horas de la vida de Jesucristo. Con una mezcla de realismo crudo y una profunda carga emocional, la película nos invita a un viaje intenso y conmovedor a través del sufrimiento, el sacrificio y la redención, desplegando ante nuestros ojos una historia que ha resonado en el corazón de la humanidad durante siglos. Desde su estreno en 2004, “La Pasión de Cristo” ha dejado una huella indeleble no solo en la historia del cine, sino en la conciencia colectiva de generaciones, convirtiéndose en un punto de referencia ineludible en el diálogo entre fe y cultura.




La pasión de Cristo: una película que conmovió al mundo


La pasión de Cristo es una película dramática y religiosa estrenada en el año 2004, que narra las últimas doce horas de la vida de Jesús de Nazaret, desde su oración y arresto en el huerto de Getsemaní, hasta su crucifixión y resurrección. La película fue coescrita, producida y dirigida por el actor y cineasta estadounidense Mel Gibson, quien se inspiró en los relatos de los cuatro evangelios canónicos, así como en otros textos devocionales, como las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick.


Un rodaje lleno de desafíos y sacrificios


La película se rodó íntegramente en Italia, en las ciudades de Matera y Craco, en la región de Basilicata, y en los estudios de Cinecittà, en Roma². Una de las características más singulares de la película es que se filmó en los idiomas que se hablaban en la época y el lugar de los hechos: arameo, latín y hebreo, con subtítulos en otros idiomas³. Esta decisión buscaba darle mayor realismo y autenticidad a la historia, así como transmitir el mensaje de forma universal, más allá de las palabras.

El rodaje de la película fue una experiencia muy dura y exigente para todo el equipo, especialmente para el actor Jim Caviezel, quien interpretó el papel de Jesús. Caviezel tuvo que enfrentarse a numerosas dificultades físicas y emocionales para encarnar al personaje, tales como:

  • Perder 45 libras de peso para mostrar el aspecto demacrado y sufriente de Jesús.
  • Ser alcanzado por un rayo durante la filmación de la escena de la sermón de la montaña, lo que le causó quemaduras en la piel.
  • Ser azotado accidentalmente dos veces por los látigos de los actores que hacían de soldados romanos, lo que le dejó una cicatriz de 14 pulgadas en la espalda.
  • Dislocarse el hombro al cargar la cruz, que pesaba unos 70 kilos.
  • Sufrir neumonía e hipotermia por permanecer casi desnudo en una cruz durante varias horas al aire libre, en condiciones de frío y lluvia.
  • Padecer dos infecciones oculares, una de ellas por el maquillaje que le aplicaron para simular la herida del ojo derecho.
  • Tener que someterse a dos cirugías a corazón abierto después de la producción, debido al estrés y el agotamiento que sufrió su cuerpo por interpretar el papel.

Caviezel aceptó el papel a pesar de que Gibson le advirtió que podría ser muy difícil y que podría quedar marginado en Hollywood. Caviezel, que es un católico devoto, sintió que era una misión que debía cumplir, y que era una coincidencia que sus iniciales fueran J.C. y que tuviera 33 años, la misma edad que se cree que tenía Jesús cuando murió. Caviezel declaró que no quería que la gente lo viera a él, sino a Jesús, y que las conversiones sucederían a través de la película.


Un impacto mundial y espiritual


La película se estrenó el 25 de febrero de 2004, coincidiendo con el Miércoles de Ceniza, el inicio de la Cuaresma en el calendario litúrgico cristiano. La película fue un éxito de taquilla, recaudando más de 622 millones de dólares en todo el mundo, con un presupuesto de 30 millones de dólares que Gibson pagó de su propio bolsillo, ya que ningún estudio quiso financiar el proyecto. La película se convirtió en la película con clasificación R (restringida para menores de 17 años sin acompañamiento de un adulto) más taquillera de la historia de Estados Unidos, con 370,8 millones de dólares. La película también fue candidata a tres premios Óscar: mejor maquillaje, mejor banda sonora y mejor fotografía.

La película también generó una gran controversia y polémica, tanto por la violencia y el realismo de las escenas de tortura y crucifixión, como por las acusaciones de antisemitismo, al mostrar a los líderes judíos como los principales responsables de la muerte de Jesús. Gibson defendió su visión de la historia, basada en las fuentes bíblicas y tradicionales, y afirmó que no pretendía ofender ni culpar a nadie, sino mostrar el amor y el sacrificio de Jesús por la humanidad.

Más allá de las críticas y los elogios, la película tuvo un profundo impacto espiritual en muchas personas que la vieron, tanto creyentes como no creyentes. Algunos de los testimonios más notables son los siguientes:

  • El actor Peter Sarubbi, que interpretó a Barrabás, el criminal que fue liberado en lugar de Jesús, dijo que sintió que no era Caviezel quien lo estaba mirando, sino el mismo Jesucristo, y que sus ojos no tenían odio ni resentimiento hacia él, sino misericordia y amor.
  • El actor Luca Lionello, que interpretó a Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, era un ateo declarado antes de comenzar el rodaje. Con el tiempo se convirtió al cristianismo, confesó y bautizó a sus hijos.
  • Uno de los principales técnicos de la película, que era musulmán, también se convirtió al cristianismo después de ver la película.
  • Algunos productores dijeron que vieron personas de blanco dando consejos durante el rodaje, pero que nunca volvieron a aparecer después de terminar las grabaciones.
  • Varios espectadores afirmaron haber experimentado milagros, conversiones, sanaciones y liberaciones después de ver la película.

La pasión de Cristo es una película que ha marcado un hito en la historia del cine y en la vida de muchas personas. Es una obra que invita a la reflexión, al arrepentimiento, a la gratitud y a la esperanza, al mostrar el amor incondicional de Dios por el mundo, manifestado en la persona de Jesucristo, su Hijo. Es una película que, como dijo el propio Gibson, no es para entretener, sino para iluminar..


El CANDELABRO. ILUMINANDO MENTES